jueves, 29 de septiembre de 2016

Carta a mi nieto Gabriel

Mi querido nieto Gabriel: hoy celebramos el día de los Arcángeles y por tanto tu onomástica: Arcángel Gabriel. Sabes que te llamo mi ángel, porque eres tan bueno y especial que me ayudas en todo, a pesar de tus pocos años, y lo haces en silencio y sin que te lo pida.
Quiero  desearte lo mejor del mundo en este día y en todos, aunque eso no esté ni en mi mano ni en la tuya, pero una cosa sí depende  de nosotros: el entender qué es lo mejor, porque hay quien espera grandes cosas para tener lo mejor y ser feliz, pero  las pequeñas de cada día  pueden ser  gotas de felicidad que no podemos dejar sin recoger.
Hoy recuerdo especialmente aquel día que repasábamos un álbum de fotografías. Ramón, tu hermano de cuatro años, no quería reconocerse en sus fotos de bebé. Ese gordo no soy yo –decía triste-. Y tú, echándole un brazo por encima, exclamaste: ¡que no, que ese soy yo, tonto! 
Jamás he presenciado una escena de amor más puro y auténtico. En fin, mi querido Gabriel,  hoy te la recuerdo, porque ya vas siendo mayor y quiero decirte algo del amor, ya que  es lo más importante que debes aceptar como compromiso de vida con todos los seres humanos.  Aquel día que asumiste la peor parte para evitar un sufrimiento a tu hermano, estabas amando a Dios y al prójimo. 
Sigue siempre  por ese camino. No te resultará fácil, ya que se te exigirá, y te exigirás mucha tolerancia y empatía con un mundo tan complejo como el nuestro, pero será la única forma de llenar tus bolsillos de felicidad para ti y para tantos seres humanos infelices que se te cruzarán en el camino.

Te quiero muchísimo y para siempre serás mi precioso  ángel.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

NADA MAS IMPORTANTE QUE LOS NIÑOS

DIARIO CÓRDOBA/EDUCACIÓN
 Difícil de explicar los sentimientos que me agitan cada mañana cuando, en mis paseos habituales, contemplo la entrada de alumnos a los centros escolares. Con dificultad puedo disimular unas lágrimas cuando los pequeños se alejan y, perdidos entre el barullo, se vuelven a decir adiós y a arrojar besos a sus familiares.
Algo se me remueve, y son los niños, los maestros, los padres, el ambiente que, durante más de cuarenta años he compartido por numerosos centros de nuestra comunidad. Es por eso que tengo la impresión de que estoy con todos y cada uno, pero, sobre todo con los niños. Sé cómo piensan, como se sienten y sé que lo más importante que hay que darles es interés, motivación y mucho amor.
Ellos, niños de hoy, son el futuro que debe cimentarse en ambientes de paz, alegría, relajación..., porque de todos esos bienes carece nuestra sociedad actual y no podemos tolerar la creación de un nuevo hombre sin que ingredientes tan necesarios para su felicidad estén ausentes en hogares y escuelas. Ellos, niños de hoy, a pesar de sus precocidades, hijas del progreso, siguen siendo siempre niños. «Nada más sagrado que un niño, guardián de la eternidad en el tiempo, ante el cual es una tremenda realidad el misterios del porvenir». Sí, ese misterio es el que me renueva, me eleva cada mañana, lejos ya de la práctica escolar, pero nunca lejos de las inquietudes que me provoca el futuro de estos niños hoy, que con la inocencia a flor de piel, son víctimas de incomprensión, manipulación, exigencias excesivas, en unos casos, y permisividades perjudiciales en otros.
 ¡Cuánta inocencia! ¡Qué pena las duras realidades que le aguardan! Pero, entretanto, recordemos que cada niño al nacer nos trae el mensaje de que “Dios no ha perdido aún la esperanza en los hombres», decía R. Tagore. Yo tampoco la he perdido y es por eso que, cuando ayer mi nieto de cuatro años, y ante mi propuesta de  contarle un cuento, me peguntaba: ¿el cuento es virtual o real?, no me llevara las manos a la cabeza, sino que me detuve a explicarle las ventajas de una cosa y de otra. No podemos dejarlos perdidos en el laberinto de ofertas que hoy día se le sirven en bandeja.



martes, 20 de septiembre de 2016

MENSAJES DEL TU, MENSAJES DEL YO


Es muy frecuente que, al tratar de corregir, calificar o evaluar personas, conflictos, usemos la técnica que denomina Thomas Gordon “mensajes del tú” con los cuales  acusamos y provocamos en los alumnos o en nuestros hijos, una reacción defensiva que impide que podamos ser escuchados.
Por ejemplo, un maestro, un padre, ante la presencia de unas malas notas, exclama: ¡eres un desastre y así no vas a ninguna parte! No estudias, no te esfuerzas, etc. Con estas expresiones le está diciendo al alumno o hijo, pues, eso: que no vale para nada. Y el destinatario  de este mensaje o contesta cualquier cosa a la defensiva o se queda indiferente pero con la autoestima por los suelos. Este es pues, el resultado de -mensajes del tu-.
Por el contrario, y en el mismo ejemplo de malas notas, un -mensaje del yo- sería decirle, por ejemplo: bueno, esto lo vas a superar, porque eres capaz y con un poco de esfuerzo lo conseguirás, etc.
 Para mejor entender esta teoría, desconocida, o poco tenida en cuenta, incluso por pedagogos y que no obstante debería ser practicada en cualquier ámbito de convivencia, paso a una  anécdota al respecto.

Me contaba una madre que su hijo mayor -15 años- se negaba a todo tipo de deportes y que, por más propuestas que le hacía y por más que le  hablaba de los beneficios que le podía reportar, no quería ni oír hablar de ellos. Y añadía con toda naturalidad: ¡y con razón no le gusta! Cuando era todavía un niño, lo quietaron del equipo de fútbol del colegio! Decía el maestro que era muy malo jugando y con él y con otros formó otro equipo que le llamaba de los malos
Era evidente que aquel maestro lo había saturado de “mensajes del tu”: No sirves para jugar. Qué mal lo haces. Sal del equipo, etc.



martes, 13 de septiembre de 2016

Comenzamos curso




Hoy, más que nunca, debemos ser, escuela y familia, ámbitos de felicidad donde los niños aprendan, sobre todo,a vivir y ser felices.

Esta semana, amigos y compañeros comenzamos con el Suplemento de Educación 2016/2017, suplemento en el que estoy colaborando desde el primer día de su creación, hace 31 año, Personalmente pienso que es mi gran obra y me siento satisfecha porque tras atravesar  muchas y grandes dificultades, no creo haber faltado nunca a mi cita con la educación, ni faltaré mientras pueda. Es un honor, aunque nada cambie, nada importen mis palabras.
Hoy, un nuevo curso escolar me despierta ilusiones, inquietudes y deseos de seguir trabajando, desde este aula de mi ordenador.

DIARIO CÓRDOBA / EDUCACIÓN
COMENZAMOS CURSO ESCOLAR
Un nuevo curso escolar empieza en Córdoba. Las puertas de los centros escolares ya están abiertas y los alumnos caminan, mochila a cuestas, con gana o desgana pero con grandes expectativas acerca de las novedades que les esperan.
Este día, no puedo evitarlo, cada año, desde que me jubilé, me uno virtualmente al coro de profesores que también, con más o menos ilusión, se dirigen a sus respectivos centros de trabajo. Siempre fue para mí, este, un gran día y lo sigue siendo. Así que me traslado a todos y cada uno de aquellos centros donde ejercí, más que de maestra, de aprendiz y donde con los brazos abiertos recibo a mis siempre queridos alumnos. Allí estoy y allí seguiré siempre con ganas de conocer caras, con ganas de oler de nuevo a tiza y material escolar, con ganas de volver a decir: buenos días: soy vuestra maestra. Me llamo Isabel… Y, tras presentaciones, este primer día de curso y primer día ya de vieja colaboración en este suplemento, casi mi obligación es empezar mi lista de repetidas reivindicaciones, que son exponente de un total inmovilismo en la educación.

Empiezo, pues, por una llamada de nuevo al urgente y olvidado por todos, menos por los que lo sufren, del calor y frío en las aulas. En tiempos de penurias todo se soportó, pero hoy día no podemos consentir que nuestros hijos y maestros, para educar, enseñar, aprender, tengan que pasar por aquello que los adultos no soportamos ni en nuestras casas. Hubo un tiempo en el que la vocación lo soportaba todo. Hoy es preciso, y muy urgente, que antes que nuevas tecnologías, las escuelas estén ‘habitables’, tal y como están en nuestras casas, y no en un horno o en un congelador. No basta con un simple ventilador o estufita. Creo que, como mínimo, deben estar como están todos los despachos de otros centros oficiales. ¿Se arreglará esto alguna vez para todos? 

domingo, 11 de septiembre de 2016

Último día de vacaciones.

Queridos compañeros: una bonita e ingenua poesía de una niña y una preciosa nube  de este amanecer para  este domingo, último de vacaciones.

FANTASÍA

A lo lejos se veían
montes de picos azules,
ángeles con cascabeles
caminan vestidos de nubes.

Del celeste marinero
una estrella volandera
juega a ser fugaz
¡plumas nevando en la arena!


NOSTALGIA

Flores del campo
De aquel bello lugar
que un hermoso día
fui a visitar.

Pajarillo tierno
Del cielo y del mar
Alza tu  vuelo y vente a jugar.

Campo tibio,
Triste mar,
Luz que siempre brillas
La mejor para soñar



        Tania Manrique  9 años.