jueves, 20 de junio de 2019

Evaluación final

DIARIO CÓRDOBA / EDUCACIÓN
La evaluación final
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Nos aproximamos al final de curso y tanto en profesores alumnos y padres la palabra evaluación se erige en trabajo para los unos y preocupación e interrogantes para los otros. Conviene recordar que el objetivo principal de la evaluación es el de describir e interpretar, no medir ni clasificar. Por otra parte, hay que fijar más la atención en el esfuerzo, en la calidad de las actividades llevadas a cabo, que en la cantidad de resultados obtenidos. Si bien el tema es muy extenso, me limitaré a un solo aspecto de la evaluación que, a pesar de su capital importancia, poco o nada es tenido en cuenta por maestros y padres.
Me refiero a que los seres humanos no somos sumandos, luego nadie debería colocarnos el signo del igual, cosa que ocurre cuando, sin ningún tipo de escrúpulo, evaluamos matemáticamente, comparamos y hasta anatematizamos, sin valorar para nada el esfuerzo, la capacidad o la actitud de cada alumno. De esta manera, la evaluación, algo tan complejo, de tanta responsabilidad, queda reducida a comprobar, medir, contar en cuantas áreas se apunta al prestigioso sobresaliente o al desgraciado suspenso.
Cuando a un alumno se le coloca el progresa adecuadamente, habría que entender que, de acuerdo con sus conocimientos previos, con su capacidad y esfuerzo, va superando los objetivos que deberían ser metas al alcance de todos los alumnos. Es decir, va progresando según él y no según el más aventajado o el criterio más rígido de su profesor.
Por favor, que maestros y padres valoren el esfuerzo, y dejen de comparar. Pero, sobre todo, que se atienda a la diversidad y se les dé oportunidad a todos y cada uno para alcanzar su propia cima que nunca tendría que ser comparada con la de otro.
En cierta ocasión, un pequeño de siete años, lloraba y repetía: «No quiero ir al colegio; a todo me ponen mal». ¡Cuánta indignación y pena sentí! ¿Qué clase de maestros somos si cometemos tales atropellos? De ahí que un alumno que no ve jamás recompensado su esfuerzo, será un eterno fracasado.  

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