martes, 20 de septiembre de 2016

MENSAJES DEL TU, MENSAJES DEL YO


Es muy frecuente que, al tratar de corregir, calificar o evaluar personas, conflictos, usemos la técnica que denomina Thomas Gordon “mensajes del tú” con los cuales  acusamos y provocamos en los alumnos o en nuestros hijos, una reacción defensiva que impide que podamos ser escuchados.
Por ejemplo, un maestro, un padre, ante la presencia de unas malas notas, exclama: ¡eres un desastre y así no vas a ninguna parte! No estudias, no te esfuerzas, etc. Con estas expresiones le está diciendo al alumno o hijo, pues, eso: que no vale para nada. Y el destinatario  de este mensaje o contesta cualquier cosa a la defensiva o se queda indiferente pero con la autoestima por los suelos. Este es pues, el resultado de -mensajes del tu-.
Por el contrario, y en el mismo ejemplo de malas notas, un -mensaje del yo- sería decirle, por ejemplo: bueno, esto lo vas a superar, porque eres capaz y con un poco de esfuerzo lo conseguirás, etc.
 Para mejor entender esta teoría, desconocida, o poco tenida en cuenta, incluso por pedagogos y que no obstante debería ser practicada en cualquier ámbito de convivencia, paso a una  anécdota al respecto.

Me contaba una madre que su hijo mayor -15 años- se negaba a todo tipo de deportes y que, por más propuestas que le hacía y por más que le  hablaba de los beneficios que le podía reportar, no quería ni oír hablar de ellos. Y añadía con toda naturalidad: ¡y con razón no le gusta! Cuando era todavía un niño, lo quietaron del equipo de fútbol del colegio! Decía el maestro que era muy malo jugando y con él y con otros formó otro equipo que le llamaba de los malos
Era evidente que aquel maestro lo había saturado de “mensajes del tu”: No sirves para jugar. Qué mal lo haces. Sal del equipo, etc.



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