Compañeros y amigos: hoy
de nuevo tenemos prensa en tema que cada vez me preocupa más porque mi concepto de educación va cambiando con los años, si
bien algo permanece inamovible: educar
en libertad y creatividad. En el tema de hoy quiero recordar a todos la gran
tarea del maestro y, por supuesto de los padres al respecto.
DIARIO CÓRDONA /
EDUCACIÓN
Resulta agradable
escuchar, y no es muy frecuente, en boca de los políticos prioridades en temas
tan necesarios y básicos en nuestra sociedad como Educación y Cultura. Y es que
si siempre educar fue una tarea trascendente y ardua, basada ante todo en la
instrucción, hoy todo es diferente de cara a una sociedad rica y cambiante. De
ahí que educar en estos tiempos sea todo un reto que conlleve una visión
globalizadora, creativa y libre tanto del mundo como del individuo.
De gran actualidad me
parece esta frase: la educación es la respuesta más grande y plena que pueda
darse al hombre, sobre todo en tiempos tan dramáticos como los que atravesamos.
Y no sólo porque el futuro dependa de los niños y jóvenes sino sobre todo,
porque la tarea del educador, la educación, implica el riesgo de la libertad,
que, como pétalos de una rosa, primero aflora
y después se desvela cada vez más como condición de la existencia humana y la dignidad de cada
ser que hay que respetar, dignificar y encauzar.
Cada niño es un nuevo
inicio, es toda la historia de la humanidad que vuelve a empezar. La educación
es un descubrimiento continuo de puntos consistentes que permiten afrontar la
vida con una esperanza cierta. Educar es introducir en la realidad el
significado de las cosas, aun cuando parezcan no tenerlo, significado que no
puede ser prolongación del personal sino el que objetivamente se considere como
tal. Educar es decir a los jóvenes que
el absurdo no es la definición última de la existencia, que la vida es algo más
que una fábula contada por un idiota.
Nada más terminar la 2ª
Guerra Mundial, el padre Lyonnet escribía: «Inclinarse sobre el alma de un niño,
que podrá ser un santo, o que quizás será infiel a la gracia de Dios, es mucho
más apasionante e importante que saber a dónde nos conducirán los conflictos
porque de hecho, el destino del mundo está, en última instancia, en las manos
de este niño».
Ánimo compañeros, que nada ni nadie oscurezca la trascendente
tarea de educar.
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