Hoy,
en mi artículo de Educación, me refiero a un tema amplio y que en las
limitaciones de espacio, tal vez no quede tan claro como desearía, porque es
importante saber que además de la inteligencia matemática o lingüística,
existe, por ejemplo, la espacial, corporal, musical, etc. Todas y cada una,
“salvavidas”, si sabemos descubrirlas y fomentarlas.
DIARIO
CÓRDOBA / EDUCACIÓN
INTELIGENCIAS
MÚLTIPLES
De
toda la vida entre padres y maestros hemos decidido, definido y catalogado a
nuestros hijos y alumnos en dos grandes e inflexibles grupos: listos y torpes.
Tradicionalmente se ha tomado como referente de inteligencia la capacidad para
resolver problemas de física, de matemáticas, etc. Y desde esta perspectiva, la
inteligencia se medía, y se sigue midiendo, a fin de conocer el coeficiente
intelectual del individuo y con ello proyectar las expectativas de futuro.
No
obstante, la experiencia nos ha demostrado que no siempre sucede así. Por
consiguiente, no se puede tomar en tan alta consideración, y como el único
elemento de diagnóstico, acerca del éxito o fracaso profesional, el coeficiente
intelectual.
Las
escuelas psicológicas, desde hace años, contemplan otros elementos además de
los tradicionales. H. Gardner define la inteligencia como un potencial
biológico capaz de ser desarrollado mejor o peor como consecuencia de factores
ambientales. Expone, además, que coexisten múltiples inteligencias, lo que
exige una visión más global del individuo. Desde esta perspectiva, el panorama
educativo tradicional se nos desvanece. Debemos superar los clásicos prototipos
y desde una visión holista -total- promover un nuevo tipo de educación que dé pautas
para favorecer el desarrollo integral y global del educando, concebido como
sujeto que también refleja negativas acciones.
El
holismo no permite la comparación porque ésta entorpece el aprendizaje, fomenta
el desinterés y destruye la autoestima. Así, aprender es un concepto bastante
especial: aprender implica muchos niveles de la conciencia como el afectivo,
físico, social y espiritual, rebasando por completo lo puramente cognitivo y
memorístico.
Reconocer
a cada persona, mediante la educación, como un ser único y valioso, significa
conocer y también aceptar todas las diferencias individuales. No somos sumandos
de una suma, luego a los seres humanos no se les puede ni etiquetar ni colocar
el signo del igual.
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