miércoles, 14 de octubre de 2015

Página de honor

Una enseñanza reflexiva es aquella que no sobrevuela "soltando" conceptos acá y allá, sino la que suavemente se posa  en el alma y allí crece, madura y se multiplica.
Cuando enseñas a tus alumnos/as a reflexionar, los estás enseñando a vivir, a descubrir, a enjuiciar, a gozar y sufrir, y, por supuesto,     todo lo que necesitan para su instrucción, porque un hombre, una mujer que  reflexiona, sabrá siempre dónde y cómo encontrar respuestas.
Una buena idea para promover la reflexión  puede ser esta

PÁGINA DE HONOH
Algo muy sencillo pero que las primeras veces que lo hicimos en clase me quedé perpleja del resultado.
Les expliqué  que, cada quince o veinte días, íbamos a escribir una página que le íbamos a llamar de honor porque en ella  iban a escribir de forma muy resumida aquellas cosas que  recordaran como mejor aprendidas por alguna razón.
Pretendía con esto que reflexionaran en todo lo que a  lo largo de aquellos días se había tratado en clase, incluyendo todo lo que de alguna manera les hubiera gustado o impresionado.
Y mi sorpresa fue comprobar que, cuando yo esperaba alusiones a los temas relacionados con los programas, lo que más destacaba en la mayoría eran aquellas cosas en las había mediado la emoción. Por ejemplo, una historia que les conté de un chaval que durmió en mi coche que estaba abierto. Otra de  un gatito que encontraba por las mañanas temprano debajo de un coche y le llevaba  comida y agua, etc.
Por lo que concluí que a todo, absolutamente a todo lo que tuviera que enseñar, tenía que imprimirle la fuerza de la emoción, algo que por supuesto, nada tiene que ver con el sentimentalismo.
Probad, amigos maestros, y conseguiréis dos cosas: que los alumnos aprendan a reflexionar y qué cosas son las de verdad llegan a calarle.





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