martes, 19 de enero de 2016

Llevar el Mensaje a García

DIARIO CÓRDOBA/EDUCACIÓN 
20/01/2016


Saber improvisar un sombrero con una hoja de periódico, es creatividad, 
es saber buscar soluciones

Solía recordarnos mi padre la anécdota del Mensaje a García, aquel soldado que sin pregunta alguna, sin teléfono, sin correo, llevó el mensaje a García, que estaba en algún sitio de las densas montañas cubanas, pero realmente nadie sabía dónde. Ante esta situación, ¿qué se podía hacer? Buscar a alguien que llevara el mensaje a mano. Y tras el paso de muchos voluntarios que precisaban toda clase de referencias, al fin uno se limitó a preguntar:  ¿dónde está el mensaje?  Y sin más cumplió la compleja misiva.
Todo esto viene dado porque me maravilla la variedad de nombres que damos en educación a lo que es tan básico como enseñar a pensar, a ser autónomos, a ser ejecutivos, decisivos, creativos. En una palabra, en teoría no basta con una excelente formación académica, hay que enseñar paralelamente a vivir, a desenvolverse en la vida, a dar pasos sin precisar muletas.
Recuerdo cómo hace muchos años, en una excursión al campo, enseñaba a los alumnos a encender fuego con cuatro pajas. Un alumno, ya hombre, me comentaba: ¡de cuánto me ha servido, aquella enseñanza!  Pero cambiando teorías, nomenclatura, más de lo  mismo a cuestas, caminamos: objetivos, estrategias, competencias básicas y lo último: competencias clave. Los términos, impecables. Pero, ¿qué asignatura, qué día, qué hora, cuando y cómo funcionan las novedosas competencias? No basta con papeles que dejen conformes a todos, mientras la realidad siga siendo  idéntica a la de toda la vida: libros de texto, exámenes, notas, tareas, etc. Lo básico, la clave de la práctica educativa va mucho más lejos: enseñar a vivir, a desenvolverse en un conflicto, en un banco, en una emergencia, en una cocina? Sí, en una cocina, porque cumplen la mayoría de edad y hay que seguir metiéndoles la cuchara por la boca para que coman.  

Y en estos tiempos, en los que la situación mundial y nacional anda tan enmarañada y tan oscura, recuerdo unas palabras del filósofo griego Epícteto: "engrandecerás a tu pueblo --a la educación, digo yo--, no elevando los tejados de sus viviendas, sino las almas de sus habitantes". Y aquí y ahora, las almas del alumnado las queremos engrandecer cambiando de nombre a lo esencial y básico, en tanto ellos por su cuenta manejan, que es un gusto, móviles y artilugios electrónicos, pero no le pidas que lleven el mensaje a García porque te preguntarán hasta qué número de calzado gasta y te pedirán billete de ida y vuelta, bocata, remuneración, mapa. brújula y hasta un cepillo para los dientes. 

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