martes, 21 de junio de 2016

La lectura no es tema de tareas

DIARIO CÓRDOBA/ EDUCACIÓN

Te han robado el corazón,los muchachos de la escuela, ellos pasan tú te quedas, tú me enseñaste a volar.

Hoy, veintidós de julio, un año más cerramos, cierro mis colaboraciones en este suplemento con la satisfacción de haber contribuido en algo a la educación, tema que nació conmigo y conmigo seguirá el resto de mi vida.
Vacaciones, pues, para nuestros niños en tiempos en los que el tema de las tareas es cuestión muy debatida por profesores y padres. 
Mi opinión está en línea con pensar qué pretenden unos y otros. ¿Imponer tareas que obliguen a los niños a pasar horas cada día en la cotidianidad escolar? Mi más rotundo no. Son muchos los maestros que exclaman: ¡no les pongo más tarea que lectura! La lectura no puede ser jamás una tarea, porque a ella se debe acceder voluntariamente y como placer. Hay quién opina que las tareas son un medio de conservar hábitos y no olvidar lo aprendido, algo que me parece un disparate, porque lo aprendido, cuando ha calado, es como si se depositara en un pozo y aflorara en el momento oportuno y, con respecto a los hábitos, más de lo mismo, porque, entre otras razones, los niños difícilmente tienen adquirido el hábito de hacer tareas o cualquier actividad relacionada con sus clases, que la mayoría consideran aburridas y rutinarias. Se puede llegar a tener hábito de algo cuando nos gusta, porque el placer nos llevará a adquirir el hábito. ¿Qué hacer, pues, en vacaciones? Es turno de padres y deben ser ellos los que compartan lecturas, conversaciones, paseos, cine… Un buen padre – Rousseau- vale por cien maestros. Desde esta columna, he repetido que lo mejor que, personalmente pueda tener, me lo enseñó mi padre.
Menos pensar, pues, en tareas y más compartir días, tal vez, de ocio y de aprendizaje lúdico y creativo. Días de esa necesaria felicidad que precisan los niños para crecer y aprender. No los sometamos a rigores que para nosotros no quisiéramos. Si tienen que recuperar, recuperemos con ellos, si tienen que leer, leamos con ellos… En definitiva, vivamos con ellos y aprenderán y serán felices.

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