martes, 10 de mayo de 2011

Laude a un Centro Público

                                                

Laude al Concepcion Arenal

11/05/2011 ISABEL AG ERA
Esta noticia pertenece a la edición en papel.
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No es el único, sin duda, centro público que merece tal alabanza, pero al celebrar el veinticinco aniversario de su inauguración quiero homenajear, desde esta sencilla columna, a todo el profesorado que a lo largo de estos años ha trabajado con dedicación y generosidad sin límites, pero en especial al presente claustro que, capitaneado por su directora, mujer de valores profesionales y humanos excepcionales, realiza una labor mucho más allá de lo puramente obligatorio.
¡Qué profunda emoción sentí en el acto organizado primorosamente para recapitular el currículum de tantos años, ya trabajando en línea con el convencimiento profundo de que la educación es el arma, tal vez más poderosa para cambiar el mundo!
Y mis sentimientos a flor de piel contrastaban con aquellas décadas primeras de mi magisterio, cuando se decía que los maestros teníamos dignidad pero, con una posición económica denigrante, soportábamos en míseras aulas, un número indefinido de alumnos que jamás bajaba de los cuarenta.
Hoy, basta una mirada a centros como este para comprobar que, efectivamente, el apoyo a la educación pública es la mejor manera de trabajar por el futuro. Medios, sí, necesarios en nuevas tecnologías, aulas espaciosas y bien equipadas, instalaciones deportivas, amplios patios de recreo y, lo más importante, maestros ilusionados que no cesan en su empreño de llevar a cabo todo tipo de actividades extras: excursiones culturales, viajes, celebraciones --¡qué maravilla de Semana Santa protagonizaron los alumnos!--, promociones a favor de la lectura, teatro, natación, blog participativo, tanto para alumnos como profesores y padres.
Mi felicitación, pues, al profesorado, a la Asociación de Padres, así como a las autoridades académicas que no cesan en su empeño y que así lo corroboraron con su presencia en el acto

lunes, 2 de mayo de 2011

Guión: Los libros y los niños/as

Con motivo del mes del libro

Queridos amigos: Interrumpo en este día, el propósito de continuar con Diario de una Maestra y sus Cuarenta Alumnos, para ofreceros, por si os sirve, un guión sobre el mes del libro que se nos fue pero nunca es tarde si la dicha es buena.

(Aparece un  grupo de niños/as vestidos  de libros  y  cantando, con la música de “dónde están las llaves”.Salen cogidos de la mano)

LIBROS: Estamos de fiesta, mata-rile-rile-lero / estamos de fiesta nos queremos divertir, pim, pim

NIÑOS/AS: (Con la misma  música de dónde están las llaves y dirigiéndose a los libros los interrumpen) ¿De qué habláis, libros locos,  mata-rile-rile-lero / nada queremos saber, mata-rile-rileron  / que nos hable de estudiar mata-rile-rile-lero / / que nos hable de leer / ¡Chimpom!  

LIBROS: (Con la misma música ) Celebramos nuestro día, matarile-rile. lero/ el día del libro, el día de los lectores / Escuchad niños tontos, tontos, tontos tontotorrones ¡Chim-pom! /Con nuestra lectura / listos, sabios podréis ser / y si no leéis / como burros os podéis ver. ¡Chim-pom!

NIÑOS/AS: (Dirigiéndose al público) ¿Han escuchado ustedes lo que oyeron  nuestros oídos? ¿Qué como burros nos podemos ver, si dejamos de leer? Dígannos la verdad: ¿tal cosa puede suceder?

PÚBLICO: (Voceando) ¡síiiiiiiiiiii! ¡Burros y melones! medio tontos, tontorrones..! ¡catetos y chorizones!

NIÑOS/AS: ¡Mama mía! ¡Vaya futuro que nos aguarda si no leemos! ¿Melones, chorizos... seremos? Hablaremos con los libros y que nos digan qué hacer para jugar, leer y aprender... (Se dirigen a los libros  de nuevo cantando) No tengamos más problemas, matarile-rile. lero /
y seamos amigos, matarile-rile-rile.le-ron, ¡chimpom! /Que de ahora en adelante, matarile-rile. lero / con nuestros amigos libros, matarile-rile-rile.le-ro / vamos juntos aprender / lo importante que en es leer, /¡chimpom!

(Se cogen de la mano y al corro cantan con la música del cocherito lerem)
El día del libro, lerem / cantemos juntos, lerem / ¡que viva el libro!, lerem / que nos enseña, lerem / a no ser burrros, lerem / ni a ser melonmes, lerem / que no enseña, lerem / a ser mejores, lerem / a ser lectores, leerme… /
(Dejan de cantar y dicen a coro)
¡Un viva al libro en este día / que en sus paginas escritas / hay gran sabiduría / Y para vivir mejor / y caminar en la vida / hay que leer lo que escribieron / la gente comprometida. / ¡Viva, viva el libro! / ¡Y que  viva otra vez, a la una y a las tres!

viernes, 29 de abril de 2011

Diario de una maestra y de sus cuarenta alumnos

ESCRIBO MI DIARIO
  
Este trabajo que hoy te ofrezco, en una primera "entrega" es el resultado de seis años de convivencia con un  grupo de cuarenta alumnos/as que, voluntariamente, y tras haber sido motivados con mis propias colaboraciones casi diarias, como pasaré a comentarte, m´-as adelante, optaron por escribir sus propias cosas.

Si yo las conozco y las puedo divulgar es un privilegio que a ellos debemos. En su día me autorizaron para hacerlo con la única y rotunda condición: que sus nombres quedaran en el anonimato.

Fiel a mi promesa, y para que te pueda servir de referencia, he utilizado seudónimos que nada tienen que ver con la realidad, ni de sus nombres, ni de ningún detalle de su vida que pudiera identificarlos.

Es por eso, que si bien todo en este Diario es real, he recurrido a estrategias que puedan despistar a lectores cercanos a estos alumnos/as.

Su lectura  fue para mí, tras largos años ya de convivencia en las aulas, auténtico descubrimeinto acerca de cómo son, cómo piensa y cómo actúan  nuestros alumnos/as.
Es por ello que te recomiende su lectura que iré insertando día a día.

Desearía, amigo lector, que estas páginas te hicieran reflexionar sobre el verdadero mundo de los niños y niñas, mundo lleno de sensibilidad y amor hacia la vida en todas sus manifestaciones.
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Y los niños/as comenzaron a escribir su Diario, tras una gran motivación que le llegó de mano de mis propia experiencia.

     Hoy ha sido un día muy triste. Nunca pensé que ocurriera: se ha puesto enferma la persona que más quiero de la clase. Todo el día me lo he pasado pensando:  "¿será grave?". Al salir por la mañana, una amiga suya me ha dicho: "Es la varicela", y ya me he quedado algo más tranquilo pero, cada vez que miro para su sitio y lo veo vacío... Siento una cosa por dentro que no sé lo que es.
Y es que alguien importante falta en su mesa y en su grupo. En mi mente, estaba tomando el desayuno, con la cara llena de varicela, y pensando en mí.
A lo mejor ella no quiere que la vea con las pupas, pero a mí no me importa. Me la imagino guapa y graciosa de todas las maneras.
Este día ha sido de los más completos de mi vida porque he sentido preocupación, alegría, tristeza, emoción, etc. Adiós, diario. L.E
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Yo nunca he visto un atentado terrorista en directo, pero ayer, cuando estaba viendo en la tele el programa "Tiempo y Marca", vi cómo el juego se paralizó. Yo sentí como que las balas que recibían las víctimas se estrellaran en mí. Pero, ¿por qué? ¿Por qué han de disparar a personas inocentes, si además son de su misma raza?
¿Quieren comida, dinero, o tal vez quieren llamar la atención?
Escribo esto en mi Diario porque si alguien se lo encuentra sepa lo que pienso yo de esos hombres que matan a otros hombres: son unos cobardes traicioneros. Que den la cara y veremos. F.A
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Amigo diario: Voy a escribir en ti. En hojas pasadas ya te conté lo que sufrí viendo morir a mi perro. Por más que quiero no puedo olvidarlo.
Por eso hoy vuelvo a hablarte de lo mismo. Era la primera vez que veía morir a un ser vivo que no fuera planta y me gustaría no haberlo visto ni tenerlo que ver jamás.
¡Era un perro tan cariñoso! ¡Era tan bueno! ¡Me quería tanto! Y aunque fuera feo, me quería tanto... Estaba vivo, y corría, y ladraba, y comía, y jugaba, y... Después, nada. Allí tendido, muerto... Mi padre lo lío en periódicos y se lo llevó para enterrarlo en la parcela.
Cada vez que subo, le llevo flores del campo y se las pongo sobre el montón de tierra que es su tumba. Me creo que él se entera de que estoy allí y lo sigo queriendo. ¿Me encontraré en la otra vida con él? Mi padre dice que no hay más vida que ésta.
Yo, cuando lo vi malo, creí que se podía salvar. No fue posible y se murió.
Por si acaso, todas las noches rezo por él y le pido a Dios que juegue con ese perrito. M. A
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miércoles, 27 de abril de 2011

Lectura en el mes del libro

 

 

Lectura en el mes del libro

ISABEL AG ÜERA (27/04/2011)

En el mes del libro, en fechas en las que la palabra lectura se escucha a todos los niveles, quiero, desde mi experiencia, hacer algunas consideraciones de cara a la motivación necesaria para inducir a los alumnos, a los hijos, a leer.

En primer lugar, hay que partir de una realidad que todos podemos constatar incluso con nuestros propios hijos. Hay niños que de forma totalmente autónoma leen cuanto caen en sus manos, pero hay otros muchos --casi la mayoría-- que precisan ser motivados para que se interesen por la lectura.

Y ahí empieza esa especie de maratón a la que los sometemos con imposiciones, imperativos, que para nada son válidos para fomentar hábitos lectores. De ahí que, de forma telegráfica, relate una serie de consideraciones que deberíamos tener en cuenta a la hora de enfrentarnos a tan delicada y trascendente responsabilidad.

Todo maestro o padre que se interese por ayudar a sus alumnos, hijos, en la tarea de animarlos a leer, deben seguir, más o menos, las siguientes sugerencias. Leer con anticipación el libro que se les va a recomendar para su lectura, conociendo de antemano sus intereses y gustos. Para todas las edades, procurad que los libros estén capitulados. Es más fácil comprender, resumir, explicar un capítulo que un libro.

Muy importante, investigar si la mayoría del vocabulario que aparece en la lectura es conocido, en gran parte, por los alumnos destinatarios. Que en su contenido primen los diálogos sobre las descripciones. El texto debe tener un aspecto de sencillez y claridad de forma que al abrirlo el niño tenga la sensación de estar ante un despejado horizonte y no ante un lago de agua estancada. Las ilustraciones son un elemento, a veces, determinante en la lectura. Padres y maestros deben saber que no se trata tanto de leer muchos libros como de interiorizarlos y transcenderlos..

viernes, 4 de marzo de 2011

Tres relatos:Día de la mujer



 I) De la mujer que aprendió
  una canción nueva

          Una mujer, casada, con marido  y cuatro hijos varones, de sol a sol y durante largos años, repetía una canción aprendida en sus años de infancia y que a coro repetían padres, maestros y cuantos la rodeaban.
Una mañana, en el mercado la mujer oyó otra canción. Se dijo: ¿Cómo es esto? Por andar siempre con tanta prisa no he reparado en lo que se canta a mi alrededor. Me gusta esta canción. Es alegre, fresca... si bien, en la rutina de mi casa, puede desentonar.
Al día siguiente, nada más salir el sol, la mujer comenzó a entonar la nueva canción. El marido y los hijos, al escucharla dijeron: ¿Qué canción es ésta? Hace tanto ruido que perturba  la paz de esta casa. Mejor será –le dijeron- que sigas  con tu canción de toda la vida. ¡Éramos tan felices!
No -dijo la mujer- Ya me había cansado. Era hora, pues, de que aprendiera canciones nuevas.
Y el marido y los hijos, reunidos en el silencio de la noche, dijeron: Démosle un susto. Digámosle que ya no la necesitamos, que se vaya con sus nuevas canciones a otro lugar.
Pero la mujer, sin decir palabra, y sin dejar de cantar, salió de la casa y tomó otro camino.
Nada más salir de la casa, padre e hijos, mirándose asombrados se decían: Poco le importamos. ¡Mala esposa! ¡Mala madre! ¡Mala mujer!
Pasaron unos días. En aquella casa reinaba el más absoluto silencio y pesaba tanto que, por momentos, se tornaba  insoportable. No obstante, aquellos hombres, de sol a sol, para sobrevivir, se veían obligados a repetir la vieja canción que durante tantos años cantó la mujer.
Un día, el más joven de los hijos, exclamó: ¡Llevaba razón nuestra madre! ¡Qué mal suena esta canción! ¡Con ella no hay quien viva!
Y clamaron  a coro:
Lleva razón el benjamín. Fuimos injustos con la mujer. Sus nuevas canciones eran más alegres y hasta divertidas. Roguémosle que  vuelva  y aprendámoslas todos.
Y la mujer, que amaba a su familia, regresó sin rencor pero, a partir de aquel día, canciones nuevas compartieron todos  de sol a sol.

II) De la mujer que
       decidió crecer

Érase una vez un pueblo pequeño. Cada mañana, las mujeres, nada más levantarse, cargaban sus cántaros a la cabeza  e iban por agua a la fuente. Todos los días, al llegar, numerosos hombres las esperaban, las medían y comprobaban que daban la misma talla, por lo que, complacidos y en paz, regresaban a sus casas.
Una de las mujeres, mirándose, un día, al espejo, exclamó: ¡Estoy harta de vestir el mismo hábito! ¡Y estoy harta de llevar a la fuente el mismo cántaro! Me haré, pues, un vestido nuevo y compraré una botija.
A la mañana siguiente, cuando los hombres  la vieron llegar, escudriñándola, murmuraban entre ellos: No parece del pueblo; será  extranjera.
Pero, una vez en la fuente, y a la hora de medirla, la reconocieron y comprobaron que había crecido; les sacaba la cabeza a mujeres y hombres.
¿Cómo has osado crecer? -clamaron- No cabes en el pueblo; tendrás que irte.
La mujer, sin rechistar, se alejó de aquel pueblo.
Ocurrió, no obstante, algo: a partir de aquel día, todas las mañanas, cuando los hombres medían, comprobaban cómo alguna más les sacaba la cabeza a todos
De igual forma, repetían: Eres grande para  el pueblo; vete.
Poco a poco el pueblo se iba quedando sin mujeres. Reunidos los  hombres en asamblea se preguntaron:
¿Qué haremos? De seguir así corremos peligro de extinción.
Uno de ellos tuvo una idea:
Hagamos el pueblo más grande y crezcamos todos.
Y el pueblo se hizo tan grande que todas las mujeres  regresaron, crecían sin miedo, abandonado, definitivamente, el cántaro y la fuente.


III) La mujer que no quiso
 ser gota de agua

         Una piadosa y trabajadora mujer enviudó al poco de estar casada. Su director espiritual, tras recomendarle recato, oración y caridad emprendió un largo viaje a tierra lejanas.
En los rigores todavía de un muy austero  luto el director espiritual regresó.
Espero, hija -le dijo- que sepas mantener tu  integridad como buena cristiana que eres y, como símbolo de lo valiosa que puede ser tu vida, si la conservas en dignidad, te voy a hacer un hermoso obsequio.
Y le puso en la mano un pequeño cofre.
¡Ábrelo! -dijo- En su interior  encontrarás una pequeña piedra. Sí, un trozo de cristal de cuarzo que, por capricho de la naturaleza, conserva líquida, limpia y fresca, a pesar de los cientos de años, una gota de agua. Un prodigio para admirar, sin peligro de que se mancille.
La mujer cogió la piedra y se mostró agradecida y halagada por lo que, tras darle las gracias, la colocó en la cabecera de su cama.
Transcurrieron unos meses. La mujer, cada noche, cogía la piedra, la miraba, pensaba...
Un día, aquella insignificante piedra comenzó a pesar tanto que a penas si la mujer la podía sostener entre sus manos, y la gota de agua prisionera le producía tal agobio que la respiración se le entrecortaba y no podía dormir.
De ahí que una noche, decidida, buscó un gran martillo y golpeó la piedra, hasta machacarla en polvo.
Y sucedió que de aquella recóndita habitación, comenzó a elevarse una pequeña nube que, rápidamente se convirtió en lluvia   y,  de la lluvia, se formaron charcos y corrieron arroyos, y de los arroyos se formaron ríos que caminaban  hacia el mar, y el mar levantaba olas, y las olas rugían en tempestad o arrullaban en calma.
Aquella noche, la mujer notó que un aire fresco inundaba sus pulmones y que, por primera vez, un halo mágico la envolvía.
A la mañana siguiente, y ya nunca más, la puerta de aquella casa volvió a abrirse; la mujer había desaparecido.
La gente del pueblo repetía:
¡Ya volverá! Aquí tiene a su difunto. Y el director espiritual, igualmente, afirmaba: Volverá, seguro que volverá; ella conoce sus obligaciones de buena cristiana.
Pero la mujer jamás regresó. Para siempre sepultó aquella casa, aquella gente, aquel director espiritual.
Izó  vuelos y se multiplicó.

ISABEL AGÜERA

martes, 22 de febrero de 2011

Cultura de la no violencia

Cultura de la no violencia

09/02/2011 ISABEL AG ERA
El pasado día treinta se celebró el Día Escolar de la No-violencia y de la Paz, valores tan deseados y necesarios que reivindicamos por todos los medios posibles y que, mejor habría que prevenirlos, porque la mejor forma de ganar una guerra es evitarla, pero no hay batalla por pequeña que sea que se gane solo con el deseo sino que como acontece en todas aquellas cosas que conllevan bienes y valores para la humanidad, hay que promover corrientes que favorezcan y eduquen con fines personales, sociales, universales, etc. Ganando en campos de batalla, dice Nietzsche, solo se logra que el vencedor se vuelva estúpido y el vencido rencoroso y constante enemigo.

Las relaciones humanas son siempre conflictivas y la superación pacífica de estas situaciones es precisamente la forma de convivencia armónica de las distintas culturas, pueblos, sexos, razas, etc. que puedan servir de excusa para la división, odio e incomprensión.

La condición primordial para la paz está basada en dos principios como fundamento: justicia y libertad. Y esto que puede verificarse con una simple mirada a la historia de la humanidad es totalmente aplicable a nuestro terreno educativo. Los alumnos, aún los más pequeños, se rebelan, cuando detectan en padres y maestros una actitud dictatorial e injusta.

La educación para la paz y no-violencia no puede quedar reducida a grandes campañas sobre juguetes y palabras que, en definitiva, no transcienden más allá del escaso tiempo que duran.

Lo importante es crear ámbitos de justicia, respeto, tolerancia, diálogo, en el micro mundo de nuestras aulas, donde maestros y alumnos deben aprender a convivir en paz, practicando auténtica cultura de la no violencia, de la justicia y libertad, ya que sin estos valores, que implican ética personal y social, puede que seamos vencedores, pero los rencorosos serán nuestra recompensa.

martes, 15 de febrero de 2011

Creativos montajes

Cada día estoy más convencida del poco uso pedagógico que se le da a los ordenadores. Los niños/as pasan todo el tiempo que pueden  jugando o chateando. No obstante, el enseñarles, facilitarles el uso de determinadas herramientas, les puede servir de estímulo para emprender creaciones de calado trascendente para su futuro.
La fotografía digital y los montajes son, por experiencia con mis nietos y otros niños, desencadenante de grandes motivaciones. Es por ello que, desde esta pantalla quiero animar a los maestros y maestras a que empiecen por ser ellos los primeros en lograr creativas composicciones.
Os aseguro, amigos y compañeros, que solo hace falta deseo de superación. Uno/a puede ser autodidacta de todo. No soy ejemplo de nada, pero me siento orgullosa de mis sencillos avances, fruto de perseverancia y entusiasmo.
Ahí tenéis algunos resultados ds mis primeros  pequeños logros.