No abras puertas: enséñalos a usar llaves
Queridos maestros/as: Algunas de las cosas que escribo hoy en este Blog, puede que os suenen a repetitivas, pero quiero iniciar algunas entradas sobre estas "breverías", fruto del trabajo y amor la los alumnos y a la educación.
El gran escritor, y mejor amigo, Carlos Muñiz Romero, me dedicó un bello soneto, tras
leer una obra, que le entregué sin título pidiéndole que tras leerla me aconsejara uno.
Me la devolvió. No veo más título -me dijo- que este: AGÜERISMOS. Un poco
sorprendida por el título acuñado le pregunté: ¿y qué significa o quieres que
diga este título? Pues, sencillamente –me contestó- que eres tú en cuerpo y
alma.
Como prólogo me dedicó un soneto que
reproduzco porque creo que no me
pertenece en exclusiva sino a todos y todas los que de alguna manera tratamos
con niños/as.
Se hace trizas el mundo por las trazas
y, ante el destrozo, el
niño, con la arena
construye el foso, el torreón, la almena,
mientras las olas hierven de amenazas.
Entonces llegas tú. Le oyes. Abrazas
la extraña soledad de su alma en pena
y haces que invente, porque así se estrena
lo que te hace puro y no disfrazas.
Oh gozo, manantial, nostalgia o fuente,
el borbotón, el pronto, el balbuciente
temblor del socavón y los aljibes,
oscura luz que
llamas fantasía
con la que el niño, a solas cada día,
inventa el mundo puro en el que vives.
…………………
Y ahora
algunos de esos “Agüerismos”
Ser maestro es, ante todo, entender que los
alumnos no son sumandos de una suma. Luego jamás se les podrá aplicar el signo
del igual.
Ser
maestro, maestra, es ser manantial de donde fluya la ilusión, la creatividad y
el amor como agua fresca donde todos, sin excepción, puedan beber.
Si tus alumnos bostezan, puede que hayan
dormido poco o puede que tú los estés durmiendo
Si los alumnos son una copia de su maestro.
¿Qué mostrarán, cuando se les exija el original?
En la mirada de cada niño se esconde un futuro.
El maestro no debe olvidarlo, sino recordar constantemente que los talentos
como los caminos son variopintos: también los futuros.
Un maestro no debe ser sastre de talla única. A cada alumnos y cada
día debe usar el metro, medir y confeccionar tallas a medida.
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