Diario Córdoba/ Educación
21/5/2014
Hace unos días tuve el honor de asistir a un evento organizado por Colegios
Braims en Madrid, evento cuyo lema era '”Construyendo una sociedad con valores'.
Todo preparado minuciosamente dio como resultado una puesta en escena
espectacular, pero lo importante, lo transcendente era el trabajo realizado por
los alumnos a lo largo del curso y cuyo colofón fue aquel acontecimiento de
lujo.
Es cierto que el tema de los valores anda de boca en boca como objetivos
prioritarios en educación, pero, ¿explicamos bien a los alumnos qué es un
valor? En una ocasión, de cara a que mis alumnos lo comprendieran, les repartí
periódicos pasados de fecha, al fin de que los hojeasen y solo se quedaran con
las páginas --les dije-- que para ellos valían y que las demás, las que no le
valían, las echaran a la papelera.
El resultado fue de lo más variopinto, pero lo que salvaron, prácticamente
todos, fueron los chistes. El por qué era evidente y así lo expresaron: porque
nos hacen gracia. Luego --les reflexioné-- la risa, el buen humor, es para
vosotros algo válido, porque os reís, los contáis y hacen reír a otros. Pues,
eso, exactamente, son los valores. Actitudes, comportamientos, maneras, hábitos
que nos sirven a nosotros y a los demás y por eso valen.
En definitiva, que no basta con hablar de valores, sino que hay que diseñar
proyectos como el de estos colegios citados y seguro que de otros muchos, para
que el alumnado comprenda e interiorice por qué la solidaridad, por ejemplo, es
un valor, y el respeto, y la honestidad, etc.
El educador es el orfebre que mejor puede grabar en el alma de sus alumnos
valores, bienes imperecederos sin olvidar que no basta con
"predicarlos", sino que lo importante, porque es lo primero que les
llega, es proyectarlos y solo se proyecta lo que se lleva en un estilo de vida
que, a boca cerrada, pregona lo que somos y en lo que creemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario