Aunque parezca mentira, cada día, los
temas educativos me preocupan e interesan más. Son muchos los alumnos que
acuden a clase desactivados, aburridos... Hace unos días, y es totalmente
cierto, me decía un pequeño con un aviso por falta de atención: es que los
profes ,todos, están amargaos. Me hizo gracia y me dio pena.
Por eso, hoy mañana, vuelvo a esta mi
obsesión de lograr una enseñanza más creativa, más flexible, más promotora de
niños felices, ya que los amargados, de verdad, somos los maestro por nuestras
exigencias, tareas, exámenes etc.
Transcribo algo de una de mis obras,
Insistentemente trabajo, desde hace muchos años, en
estrategias que favorezcan el cambio necesario para que el estudio deje de ser
el fantasma gigante que días y noches persigue, acosa, desvela, deprime... a
nuestros pequeños y jóvenes estudiantes.
Desde mi punto de vista, y mucho antes de
evaluar a los alumnos mediante rígidos y
obsoletos criterios el maestro debe
valerse por los medios que le sean posibles, conocer a todos y cada uno, pero conocer a un alumno
no se reduce a saber su nombre y poco
más. El maestro debe investigar acerca de sus gustos, intereses, capacidades,
tipo de inteligencia, capacidades, familia, barrio, etc.
Para ello me he valido de medios tan sencillos que
están al alcance de cualquiera y que en mi obra, “Primeros Pasos en el
estudio”, editado por CCS. podéis encontrar de forma sencilla y
exhaustiva.
No obstante, os iré resumiendo. Hoy me voy a referir a una de estas pruebas:
PASA EL HURACÁN
Procedimiento
Se reparten fotocopias de
una casa derrumbada tras el paso de un huracán
Se le explica que hay que volver a reconstruirla, cosa
por cosa y que, según crean cada uno, escriban por detrás de la hoja, el orden
de preferencia que seguirían en la supuesta reparación.
Es muy curioso el observar cómo una gran mayoría
eligen, como elemento primero, la
chimenea, si la hay, o algo similar lo que
es evidente que nos habla de poca
lógica o también de falta de madurez, puesto que la capital importancia la
centran en algo tan pueril, como la
chimenea que aparece en todas las casitas de sus infantiles dibujos.
Los que muestran mayor desarrollo lógico son aquellos
que eligen reconstruir, primero, los cimientos.
Y, desde cualquier punto de partida, habrá
que analizar, interrogar y deducir.
Una alumna, a la que yo tenía por
bastante inteligente, eligió como primero, las puertas y ventanas. Le pregunté:
¿Cómo vas a poner puertas y ventanas a una casa sin paredes..? Es que
-contestó-, si no hay puertas y ventanas, y hay fuego, ¿por dónde se sale una?
Sospeché que tuviera algo de
claustrofobia. Después, la madre me confirmó que, cada noche, antes de
acostarse, revisaba puertas y ventanas para comprobar que se podían abrir con
facilidad. Y me contó cómo de muy niña,vivió un fuego.
Otro alumno, de los que no había
destacado por nada significativo, escribió en la parte posterior de la hoja: Yo
no empezaría por nada de lo que hay aquí. Empezaría por comprar cemento, arena,
ladrillos, etc.
Este alumno, tras investigarlo, supe que
su padre era maestro albañil, y que él lo acompañaba, cuando tenia que hacer
chapuces.
Y, etc. etc.
Sinceramente y humildemente, creo que
estas cosillas funcionan.
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