sábado, 29 de octubre de 2016

Conocer antes que enseñar

Aunque parezca mentira, cada día, los temas educativos me preocupan e interesan más. Son muchos los alumnos que acuden a clase desactivados, aburridos... Hace unos días, y es totalmente cierto, me decía un pequeño con un aviso por falta de atención: es que los profes ,todos, están amargaos. Me hizo gracia y me dio pena.
Por eso, hoy mañana, vuelvo a esta mi obsesión de lograr una enseñanza más creativa, más flexible, más promotora de niños felices, ya que los amargados, de verdad, somos los maestro por nuestras exigencias, tareas, exámenes etc.
Transcribo algo de una de mis obras, 


 PASA EL HURACÁN / Imagen cogida de Internet
Insistentemente trabajo, desde hace muchos años, en estrategias que favorezcan el cambio necesario para que el estudio deje de ser el fantasma gigante que días y noches persigue, acosa, desvela, deprime... a nuestros pequeños y jóvenes estudiantes.
Desde mi punto de vista, y mucho antes de evaluar  a los alumnos mediante rígidos y obsoletos criterios    el maestro debe valerse por los medios que le sean posibles, conocer  a todos y cada uno, pero conocer a un alumno no se reduce a  saber su nombre y poco más. El maestro debe investigar acerca de sus gustos, intereses, capacidades, tipo de inteligencia,        capacidades, familia, barrio, etc.
Para ello me he valido de medios tan sencillos que están al alcance de cualquiera y que en mi obra, “Primeros Pasos en el estudio”, editado por CCS. podéis encontrar de forma sencilla y exhaustiva. 
No obstante, os iré resumiendo.   Hoy me voy a referir  a una de estas pruebas:
PASA EL HURACÁN    
Procedimiento
Se reparten fotocopias de una casa derrumbada tras el paso de un huracán
Se le explica que hay que volver a reconstruirla, cosa por cosa y que, según crean cada uno, escriban por detrás de la hoja, el orden de preferencia que seguirían en la supuesta reparación.
Es muy curioso el observar cómo una gran mayoría eligen, como elemento  primero, la chimenea, si la hay, o algo similar lo que  es evidente que nos habla  de poca lógica o también de falta de madurez, puesto que la capital importancia la centran en algo tan pueril,  como la chimenea que aparece en todas las casitas de sus infantiles dibujos.
Los que muestran mayor desarrollo lógico son aquellos que eligen reconstruir, primero, los cimientos.
Y, desde cualquier punto de partida, habrá que analizar, interrogar y deducir.
Una alumna, a la que yo tenía por bastante inteligente, eligió como primero, las puertas y ventanas. Le pregunté: ¿Cómo vas a poner puertas y ventanas a una casa sin paredes..? Es que -contestó-, si no hay puertas y ventanas, y hay fuego, ¿por dónde se sale una?
Sospeché que tuviera algo de claustrofobia. Después, la madre me confirmó que, cada noche, antes de acostarse, revisaba puertas y ventanas para comprobar que se podían abrir con facilidad. Y me contó cómo de muy niña,vivió un fuego.
Otro alumno, de los que no había destacado por nada significativo, escribió en la parte posterior de la hoja: Yo no empezaría por nada de lo que hay aquí. Empezaría por comprar cemento, arena, ladrillos, etc.
Este alumno, tras investigarlo, supe que su padre era maestro albañil, y que él lo acompañaba, cuando tenia que hacer chapuces.
Y, etc. etc.
Sinceramente y humildemente, creo que estas cosillas funcionan.

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