martes, 25 de octubre de 2016

Qué fue de las asignaturas llamadas marías?


Buenos días, compañeros: Hoy también prensa. En el Diario Córdoba y en el suplemento de educación, mi artículo. Creo que el tema es de interés para todos. Buen día, con proyectos ilusionantes por pequeños que sean.
Y un pensamiento, conclusión de vivir atenta a mi comportamiento y al  de los demás, tratando siempre  de aprender: 
No caigamos nunca en la tentación de copiar cualquier cosa. Pensemos que el peor original será siempre  mejor que la mejor fotocopia.

DIARIO CÓRDOBA / EDUCACIÓN 
No hace mucho me encontré con un antiguo alumno que me contó cómo gracias al dibujo había llegado a ser un creativo diseñador con trabajo en Madrid en un gran bufete de arquitectos. Recordé la poca importancia que se le daba a las asignaturas llamadas marías y que, de la noche a la mañana, se borraron de los planes educativos.
Se denominaban así, marías, a las asignaturas que eran fáciles de aprobar y no decisivas para promocionar cursos. Eran años aquellos en los que se desconocía que todos nacemos con disposición a diversos tipos de inteligencia, y de ahí que los saberes se cifraban ante todo en dos: Matemáticas y Lenguaje. Los padres consideraban (y todavía hoy) que sus hijos debían dedicar mucho tiempo a estas asignaturas porque tenían que centrarse en superarlas.
Pero, claro, esto era causa de grandes fracasos porque se discriminaba a los que nacían, como todos, dotados de idénticas facultades, pero como todos también, con mayor grado de predisposición para algunas. Así, el dibujo, por ejemplo, era considerado como algo que entretenía y ayudaba a pasar el rato. De igual forma las manualidades que pasaban por todo tipo de conocimientos prácticos para la vida, al tiempo que se fomentaba la creatividad, socialización, etc. Recuerdo los clásicos braseros de antes que por menos de nada dejaban de funcionar. Un día a la semana, dedicábamos la tarde a arreglar cacharros, ¡y qué montón de braseros pusimos entre todos a fusionar!.
De estas llamadas asignaturas marías, muchos alumnos, hoy día, salvados del fracaso, han logrado alcanzar una vida y trabajo dignos. Hoy se habla de educar en competencias, incluyendo, se supone, entre las consideradas básicas, ciencia y tecnología. Las tecnologías, doy por sentado que ni hace falta enseñarlas, porque bien pronto y por su cuenta, saben más que los maestros, pero, ¿y las manualidades? Sinceramente no puedo juzgar lo que no conozco, pero deseo y espero que se vuelva a ellas de una manera práctica y creativa.

En un pequeño jardín del aula,los niños aprendían a sembrar semillas, cuidarlas y en una especie de cuardenos de campo,iban apuntando fechas de sembrado, de primeros brotes, etc. Y las regaban, abonaban, limpiaban, etc. y eran felices.


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