lunes, 28 de septiembre de 2015

Breve relato



Empezamos la semana, amigos, con noticias políticas que coparán medios de comunicación. Por supuesto, trato de estar informada, pero voy a lo mío: los libros, los niños, la luna…
Y es por eso que empiezo con una anécdota muy contada por mí, pero que fue  una de las muchas y trascendentes  lecciones aprendidas de los niños.

(De mi obra, “Bolitas de Anís”, editada por Desclée)

En una ocasión, una pequeña de ocho años se acercó a mi mesa y me dijo: maestra, tú siempre llamas  a Paula  para que ponga la fecha en la pizarra; yo no la he puesto nunca.
Le contesté, y era la única razón, porque es la más alta y llega arriba de la pizarra. Sin dudarlo. Añadió: si me subo en una silla, también  yo llego.

Y desde aquel día procuré tener a mano la “silla” que posibilitara a todos llegar a lo más alto.



Y esta es mi luna eclipsada. La más humilde  que podáis ver, Entre otras razones, mi cámara “viejecita”.

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