DIARIO CÓRDOBA / EDUCACIÓN
Pienso mucho en estos días cómo se nos
llena la boca con la palabra educación. La repetimos los maestros, los padres y
madres, y la gente en general: ¡qué poca educación tienen los niños hoy!,
decimos. Se trata de una frase hecha que repetimos a cada paso ante el comportamiento
de niños y jóvenes, pero claro, es lo
que yo me digo: ¿cuándo y dónde educamos de verdad? No basta la palabra
educación como si se tratara de un milagroso mantra. No, educar es mucho más
que un deseo. Educar es, en definitiva, enseñar lo que corresponde, tanto en
derechos como en obligaciones, por el mero hecho de vivir en convivencia.
La función de educar para muchos padres
es casi una obligación ineludible de la escuela, de forma que en ella delegan
responsabilidades. Y estamos equivocados, no es así: educar no es sinónimo de
instruir, función prioritaria de la escuela.
Somos los padres, en definitiva, los
mayores, los que tenemos que empezar por saber lo que es una persona educada,
es decir, aquella persona que sabe en cada momento cómo actuar, cómo tratar,
cómo saber estar siempre y en todo momento. Auténtico placer me provoca el
detectar educación en una persona mayor, y máxime en un niño, como me sucedió
hace unos días en un gran bloque por donde andaba perdida en un laberinto de escaleras
y puertas, y un pequeño de tan solo nueve años se ofreció a ser mi guía, puesto
que vivía en uno de aquellos cientos de pisos.
Por el contrario, la falta de educación
me provoca rechazo, vergüenza ajena, ganas de salir corriendo, etc. Y no se
trata de hacer de los niños y niñas unos modelos que actúen de forma
presionada, sino que adopten ciertas conductas de una manera libre y natural,
sin perder la espontaneidad propia de la edad que tienen. Empecemos, pues, por
ser educados los mayores y ser ejemplo del respeto y buen trato que
merecen las personas todas.
¿Qué decir a un pequeño que oye cosas como
las que a veces se oyen en el Santo Santorum de
los ciudadanos españoles? ¿Qué decir, qué enseñar a nuestros hijos, cuando nos oyen
discutir a voces, llamándonos de todo?
Una persona educada es respetada en todas
partes. La educación supera la belleza y la juventud. Chanakya.
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