miércoles, 12 de abril de 2017

RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

En mi larga práctica profesional siempre he tenido algo muy claro: no hay alumnos malos, sino el alumno con problemas concretos e individuales que, en cada caso, exigen una atención específica de acuerdo con el propio sistema autodefensivo del alumno.
H. Benson explica con toda claridad donde radica la raíz de nuestros comportamientos, así como también las posibilidades de cambio. “A lo largo de los años -dice-en el cerebro se van formando “circuitos” y “canales” de pensamiento, es decir, vías físicas que controlan la forma en qué pensamos y actuamos. Muchas veces, estas vías o hábitos llegan a estar tan fijados que se convierten en los que yo llamo “instalación”, tal  como hablamos de instalación eléctrica. Es decir, los circuitos o canales llegan a estar tan empotrados que parece casi imposible transformarlos. De hecho se convierten en parte del cerebro, en parte de nosotros mismos... 
La cuestión de cómo se pude cambiar un mal hábito, resolver un problema o adquirir una actitud nueva se reduce a crear un vehículo de comunicación nuevo como resultado de un tipo de circuito diferente entre hemisferios del cerebro desigualmente desarrollados”.
K.Dunckker. en esta misma línea, señaló que “la solución de problemas consiste en un proceso de sucesivas reformulaciones del problema hasta que se logre una formulación adecuada. “Desde mis propias evidencias, las siguientes conclusiones: a los alumnos inmersos en problemas del tipo que sean, no se les puede obviar sus posibles ya circuitos empotrados en el cerebro e intentar  marginarlos o integrarlos a base de tareas, correctivos y sermones. 
A los alumnos con determinados hábitos, experiencias, usos, auténticas instalaciones cerebrales que los configuran, hay que someterlos  a una terapia que conlleve, en dosis infinitesimales, los ingredientes  que le son familiares, casi domésticos. Precisan que el profesor sea hábil en la creación de pequeños contextos similares  a la problemática de cada alumno, en los cuales sea capaz de expresarse, auto “medicarse” e incluso inmunizarse.
Porque no es pozo  brocal, garrucha, soga, cubo... Es sobre todo pozo aquella profundidad que alberga  el manantial de donde brota el más alto nivel de sus aguas, pero se precisa brocal, soga, cubo para sacarla,  purificarla... hacerla potable.
Y pararrayos conocimiento del tema, mi obra, titulada y editada por Narcea,  "Creatividad y Homeopatía enEducación",



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