viernes, 21 de octubre de 2011

Una fábrica de malos humos


 En esta obra puedes encontrar cuentos y escenificaciones para reivindicar valores  sobre medio ambiente, ecología y otros.
A continuación, el primer cuento, al que otro día seguirá la escenificación.
Una fábrica de malos humos

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TEMA: CONTAMINACIÓN Y RIESGOS PARA LOS SERES VIVOS

OBJETIVO: Concienciar a los alumnos/as de la necesidad que tenemos los seres vivos de respirar aire puro, limpio de contaminación, así como buscar soluciones para lograrlo.

VALORES: Solidaridad, respeto, educación, amistad, responsabilidad. Etc.

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Esto era una fábrica que echaba mucho humo negro. Los árboles y los pájaros le decían:
-¡Aparta tus humos de nosotros! ¡No podemos respirar!
Pero la fábrica les contestaba:
-¿Y a mí qué me importa? Si no podéis respirar iros a vivir a la playa o a la montaña pero a mí dejadme tranquila. Soy una fábrica. ¿Acaso no lo sabéis?
-Sí que lo sabemos –le contestaban-, pero hay formas de trabajar sin poner en peligro la vida de los demás.
Y la fábrica, haciendo oídos sordos a cuanto le decían, seguía, orgullosa, con sus columnas de humo que salían por sus bocas y se extendían por todos los alrededores.
Los pájaros, no pudiendo aguantar más, dijeron:
-Lo sentimos, hermanos árboles, pero nos vamos, antes de que el humo acabe con nosotros y con nuestras crías.
Y cerraron sus nidos, cogieron a sus hijos y se fueron.
Los árboles, como no podían moverse, empezaron a ponerse enfermos: Sus hojas, poco a poco, se iban poniendo amarillas y se iban cayendo.
-¿Quién nos podrá ayudar? –se preguntaban.
Y una y otra vez trataban de que la fábrica entendiera lo que les pasaba.
-Perdone, señora fábrica -le decía un árbol de rama muy altas-. Sabemos lo importante que es y lo mucho que trabaja, pero, ¿no podría apartar sus humos un poquito de nuestro jardín? Nosotros no podemos irnos; no tenemos más casa que esta tierra.
-Yo estaba aquí antes que vosotros. Y no tengo culpa de que en lugar de pies o alas, tengáis raíces. Mis chimeneas hacen lo que tienen que hacer. Lo siento.
Un día el sol se enfadó porque también a él le llegaba el humo y lo oscurecía.
-¡Se acabó! –dijo- Ya no vas a echar más humos.
Y llamó a las nubes:
-¡Nubes, amigas! -gritó- Por favor, venid cuanto antes. Os necesito urgentemente.
-¿Y a mí qué me importa? Si no podéis respirar iros a vivir a la playa o a la montaña pero a mí dejadme tranquila. Soy una fábrica. ¿Acaso no lo sabéis?
-Sí que lo sabemos –le contestaban-, pero hay formas de trabajar sin poner en peligro la vida de los demás.
Y la fábrica, haciendo oídos sordos a cuanto le decían, seguía, orgullosa, con sus columnas de humo que salían por sus bocas y se extendían por todos los alrededores.
Los pájaros, no pudiendo aguantar más, dijeron:
-Lo sentimos, hermanos árboles, pero nos vamos, antes de que el humo acabe con nosotros y con nuestras crías.
Y cerraron sus nidos, cogieron a sus hijos y se fueron.
Los árboles, como no podían moverse, empezaron a ponerse enfermos: Sus hojas, poco a poco, se iban poniendo amarillas y se iban cayendo.
-¿Quién nos podrá ayudar? –se preguntaban.
Y una y otra vez trataban de que la fábrica entendiera lo que les pasaba.
-Perdone, señora fábrica -le decía un árbol de rama muy altas-. Sabemos lo importante que es y lo mucho que trabaja, pero, ¿no podría apartar sus humos un poquito de nuestro jardín? Nosotros no podemos irnos; no tenemos más casa que esta tierra.
-Yo estaba aquí antes que vosotros. Y no tengo culpa de que en lugar de pies o alas, tengáis raíces. Mis chimeneas hacen lo que tienen que hacer. Lo siento.
Un día el sol se enfadó porque también a él le llegaba el humo y lo oscurecía.
-¡Se acabó! –dijo- Ya no vas a echar más humos.
Y llamó a las nubes:
-¡Nubes, amigas! -gritó- Por favor, venid cuanto antes. Os necesito urgentemente.
Las nubes corrieron al escuchar la voz del sol, al que respetaban y querían.
-¡Aquí estamos, hermano sol! –exclamaron- ¿Qué quieres de nosotras? Tan sólo sabemos mandar lluvia a la tierra.
-Es lo que preciso y me podéis ayudar mejor que nadie. Esta fábrica, que nos está ahumando a todos, necesita un escarmiento. Quiero que descarguéis toda la lluvia posible sobre sus chimeneas cargadas de humos. A ver si es posible que se le apaguen para siempre.
Y, ¡pimba! Las nubes comenzaron a descargar sus barrigas llenas de agua sobre las chimeneas de la fábrica que gritaba:
-¡Socorro! ¡Socorro! ¡Que se vayan estas nubes que nos van a romper en mil pedazos.
-¡Ni que lo soñéis! –dijeron- De aquí no nos vamos hasta no terminar con vuestros malos humos que oscurecen al sol, matan a los árboles, a los pájaros y también a las personas.
Y descargaron tanta agua que, junto con el viento, acabaron con aquellas humeantes chimeneas. Los dueños de la fábrica, al ver lo que había pasado, dijeron:
-¡Si es que eran ya muy viejas! Se esperaba que no resistieran cuando el viento y la lluvia atacaran fuerte. Será mejor reconstruir la fábrica y quitar las chimeneas. Buscaremos otra forma de trabajar que no arroje humos o que vayan por debajo de la tierra.
Y así lo hicieron. La fábrica volvió a trabajar pero ya sin chimeneas y sin humos.
Los árboles, al fin, empezaron a respirar y los pajaritos volvieron y todos fueron felices.
-Gracias, sol, gracias, nubes, -decían- porque nos habéis salvado.
Y la fábrica, arrepentida al comprobar el mal que les había hecho, repetía junto con todos los seres vivos del jardín:


Y colorín, colorán,

a la bim, bom, bam.

¡Fuera, fuera los humos

de nuestra ciudad!

Que aire muy limpio

hay que respirar

¡Fuera, fuera los humos

que puedan contaminar,

que se vayan para siempre,

que no vuelvan más.

¡Colorín, colorán!






martes, 11 de octubre de 2011

Día Mundial del Docente

ISABEL AG ERA 12/10/2011
DIARIO CÓRDOBA

El pasado día cinco se celebró el Día Mundial de los docentes, fecha que el presente curso debería tener para todos los sectores educativos repercusión y trascendencia, ya que en ello nos va la construcción de un futuro más justo, pacífico, responsable y humanizado. Por ello, esta semana mi elogio más sentido al magisterio en general, que cada día se me crece y provoca los más nobles y sinceros sentimientos de respeto y amor por tantos compañeros que, con vocación y dignidad, lo ejercen.
El polifacético místico Swedenborg dice acerca del ser humano: El hombre tiene como objetivo aquello que ama sobre todas las cosas. Parafraseándolo yo digo: El docente debe amar a los alumnos para que este sea su primer objetivo profesional que, como la corriente escondida de un arroyo, que de forma natural se dirige, alimenta, hace crecer al río, vaya ensanchando, enriqueciendo ese río de futuro que pasa por su puerta y que son todos y cada uno de esos sus alumnos que día a día buscarán en él tantas y tantas respuestas- ¡Como te pareces al agua, alma de maestro! -Goethe- ¡Como te pareces al viento, destino de maestro! Pero tú, maestro, no solo alimentas, das vida y pasas, sino que permanecerás para siempre en ellos porque tú no solo has pensado en el hombre sino que te has recreado vivenciándolo y notando latir su conciencia en tus pulsos, conciencia en tus ojos como visión, como sonido en tus oídos, como gusto, como olfato y tacto, porque sabes, y nos haces saber que el chorro luminoso de la existencia pasa raudo, y en él, la rosa, el amor, la palabra, el arte, la política, el tiempo, etc.
Con palabras extraídas del encuentro con la poesía, con los niños, con docentes del mundo que tal vez con desánimo, asisten cada día a las aulas, yo hoy les repito: Eres agua, eres viento, eres vida. Da amor y estarás educando.




lunes, 10 de octubre de 2011

Arte en educación: Monumentos



                        Mi visión idealiazada de un Triunfo al Arcángel San Rafael

Queridos maestros
Muchas veces he sido tutora de alumnos que, llegado a determinado nivel, abandonaban las aulas. Casi obligatoriamente me veía convertida en promotora, cuerpo y alma, de un viaje de fin de estudios que, promoción tras promoción, resultaba polémico: ¿Dónde ir? Mis propuestas siempre conllevaban una intencionalidad cultural, simultaneada, como era lógico, con diversión, ocio, etc. Pero los alumnos, intuyendo, o más bien desechando sin reparos todo tipo de programas culturales, se manifestaban en la línea de que les aburría visitar museos y monumentos. Era evidente: preferían la playa, la discoteca, el trasnochar, el sentirse libres de todo aquello que pudiera recordarle libros y aulas.

Y, desgraciadamente, aquella historia se sigue repitiendo: “No queremos ver “paredes” -oí decir a una alumna hace poco-. Efectivamente, los adultos no hemos sido educados para valorar las maravillas que pueden ser unas “piedras”, cuando en ellas puede leerse la fe, las costumbres, los valores, el arte, el alma, la historia de otros pueblos, de otras gentes. De ahí que no podamos transmitir entusiasmo, curiosidad, motivación ni tan siquiera por aquellos monumentos que son patrimonio de nuestras propias ciudades, que son huellas vivas del pasado y que están ahí, al paso diario de nuestro cotidiano vivir, ignorados, anónimos y, en muchos casos, medio derruidos.

Me estoy refiriendo, en este caso, a nuestros Triunfos dedicados al Arcángel San Rafael cuya onomástica, un año más, celebramos. Es obvio que esta falta de interés y desconocimiento es claro exponente de incultura.

Pero, desde mi punto de vista, injustificable para cualquier maestro o padre el que sus alumnos, hijos no conozcan en Córdoba, en sus respectivas ciudades, al menos, los monumentos, las estatuas y en el caso de nuestra fiesta, los monumentos denominados TRIUNFOS que son tan abundantes y visibles que casi habría que cerrar los ojos para no verlos. Sinceramente creo que el arte debería ser asignatura obligatoria porque en esa dimensión nos crecemos y ennoblecemos. De ahí que…

Si en la cima de la más alta montaña, o en la más feroz corriente de una cascada, puedo descubrir la huella del hombre, debería exclamar: ¡Aquí, aquí habría que levantar un monumento


POSIBLES ACTIVIDADES:


Son muchas y variadas. os cito algunas:
Representar en viñetas la leyenda, en este caso, de San Rafael, tras su lectura en clase-
Ejemplo: Las siguientes pertenecen a un grupo de alumnos.


                                                        
Diseñar Monumentos




Reproducir la historia en cómic




En fin, otras muchas como con el personaje de nuestro monumentos como en este caso San rafael, inventar historias mágicas. Son muchas las que conservo, pero no deseo alargarme más.
No lo olvides: Amar el arte es amar la vida y amar cada paso dado por un ser humano.