miércoles, 27 de diciembre de 2017

EL JUEGO, MEJOR MÉTODO

DIARIO CÓDOBA / EDUCACIÓN


Aunque el  tema es complejo  quiero, no obstante, apuntar algunos  aspectos a tener en cuenta a la hora de abordar algo tan actual  y necesario. Por concretar, voy a referirme al juego como método por excelencia. Y para  ello, considero en plena vigencia las  palabras de Foebel en su obra "La Educación del Hombre" que, si bien fue escrita hace más de ciento cuarenta años, por su claridad y profundidad son extraordinarias. Dice: El juego es el nivel  más alto  del desarrollo del niño. Es la expresión espontánea del pensamiento y de la sensibilidad, una expresión exigida por su vida interior. A esa edad, el juego no es nunca trivial, es serio y profundamente significativo. Es necesario que sea apreciado y estimulado por los ámbitos educacionales por excelencia: escuela y familia. En esta etapa - E. Infantil -, las formas de juego son la esencia de todo el futuro, ya que en ellas se desarrolla y revela la persona completa con sus cualidades mentales más sensibles
Sí, el juego en la E. Infantil es, de cara a los aprendizajes tempranos, el método que todo educador debe anteponer a cualquier otro por muy estructurado y novedoso que pueda aparecer. De las palabras de Foebel  se deduce claramente cómo familia y escuela deben converger y complementarse. Para que el niño madure psíquicamente necesita la frecuente y eficaz estimulación de padres y maestros.   Muy importante saber o recodar  que la  naturaleza dota a los seres humanos de momentos únicos, de etapas de especial receptividad y capacidad para determinados aprendizajes útiles, sobre todo, para el desarrollo psico-evolutivo, pasados los cuales  es sumamente difícil, por no decir imposible, dar marcha atrás para recuperarlos. 
Y es el juego el camino para dar respuesta y  que  los pequeños se socialicen ya que se ven enfrascados en sus propios conflictos, acerca de la comunicación, tolerancia, participación, solidaridad, etcétera. 
 De ahí que  familia y maestros  deban fomentar esta actividad, de forma participativa, creativa en la que a ser posible en dichos juegos participen los padres, les dediquen tiempo y atención. Vale la pena porque son vivencias que los marcarán para el resto de sus vidas.





LA CURIOSIDAD EN LOS NIÑOS

      DISRIO CÓRDOBA / EDUCACIÓN       
¿Qué es la curiosidad? Para este tema me he servido de opiniones cualificadas. Yamila Yamín dice: Es el hambre del alma, lo que permite vivir enriquecido o empobrecido. Es el hambre del conocimiento y de la experiencia, del amor y la belleza, y del odio y de la fealdad.
Adolfo Martínez, gran investigador mexicano opinó al respecto: La base inicial de la actividad científica es la curiosidad y no hay etapa en la vida del ser humano en que sea más curioso que durante su infancia. No hay más que observar a los niños y ver el grado de actividad motriz que depende fundamentalmente de la curiosidad, la cual a medida que pasan los años, se va reduciendo. 
La curiosidad en los niños –J. Locke-  es un apetito del conocimiento y debería ser alimentado no sólo como un buen signo, sino como el gran instrumento que la naturaleza nos ha dado para eliminar la ignorancia en la que nacemos y sin la cual seríamos criaturas inútiles.
La doctora Doris Gozález en su libro “Hablemos de Niños” aconseja tener paciencia cuando en los niños surge la curiosidad con los característicos ¿por qué? Interrogante que puede ser repetida una y otra vez, más que para obtener una respuesta, para seguir hablando con nosotros.
Efectivamente, es mucho más importante para un pequeño el sentirse escuchado que el recibir magistrales lecciones de conocimientos. Los padres no deben ignorar que es de suma importancia escuchar a los niños cuando preguntan porque será la mejor manera de enseñarlos a razonar y avanzar  en ese imparable camino de investigar en el mundo que les rodea.
Lo principal que los padres deben proponerse es que aprendan del mundo a ser ellos mismos y no copias ni tan siquiera de papá o de mamá, y esto se logrará escuchándolos, respondiéndoles sus preguntas, poniéndoles límites cuando sea necesario, estando con ellos, estimulando la curiosidad para que logren conocer su personalidad. Si se pudiera hablar de una norma -Esther Mateo- ésa sería no reprimir en exceso y no sobreestimular la curiosidad en los niños.
Los niños de infantil y primaria  pueden ser los más afectados emocionalmente por noticias y  conflictos porque entienden suficiente como para preocuparse, pero no tienen la madurez para enfrentar por si solos la ansiedad que les genera.

Pongamos fin al tiempo de los silencios. Nuestros niños, hoy, no son los de ayer. Deben saber, deben conocer cómo es el mundo con sus gozos y sus sombras.


martes, 26 de diciembre de 2017

DEBER DE PADRES

 DIARIO CÓRDOBA / EDUCACIÓN


Hace unos días, intervino un padre en una tertulia para reivindicar que los niños no tengan tantas vacaciones porque, entre otras razones - aludía -,  pierden el hábito del trabajo y es demasiado el tiempo que pasan sin esforzarse. ¡Claro una escucha y no puede hablar en el momento  que lo desea!, pero...  a estas alturas tamaña barbaridad bien se merece este artículo como remota respuesta para todos aquello padres que, más o menos, piensan y se pronuncian en la misma dirección.
Para sintetizar  apunto  reflexiones de un libro del que soy autora, próximo a estar editado. Referente a la familia se pueden leer cosas como éstas:
Ser padres es algo más que “sembrar” un hijo y dejadlo crecer a merced de una despiadada intemperie.  Un hijo debe ser  obra maestra. A ella deben dedicar los padres atención, tiempo, ¡mucho amor!, porque, el olvido, la indiferencia... son plantas que florecen a orillas de las tumbas. ¡Ni un día sin tu  mejor pincelada! De lo contrario, para hacerte justicia, se tornarán tu castigo.
Los maestros ayudan,  pero ese cálido recuerdo que debe germinar como antorcha de luz perenne,  se enciende, o se apaga para siempre, en la familia,  en el aula maravillosa del hogar. ... los hijos nacen  con una carpeta de derechos de­bajo del brazo: derecho a la vida, a la educación, derecho a un hogar,  dere­cho al amor..
¡Qué tiempo tan feliz viven los padres cuando todos duermen a la misma hora, cuando todos comen en la misma mesa, cuando los hi­jos sólo son juego e irrepara­ble despertar a la vida!
Los niños, para ser alguien, necesitan testigos,  y  los pa­dres deberían serlo y estar  a la mano  para favorecer sus exigencias psico-evolutivas
Los niños pueden ser goma blanda o roca  cáus­tica.  Depende del ambiente que le creemos. Ellos cre­cen en nosotros y con no­sotros.
Buen tiempo el de vacaciones para estar cerca de ellos, vivirlos, escucharlos... La infancia, ¡qué bella es pero que pronto pasa!