miércoles, 31 de octubre de 2012

¿A qué huele una escuela?


La creatividad genera, con muy poco, felicidad.


No sé por qué razón, hoy he sentido una especie de nostalgia al recordar, como cada día lo hago a la hora de abrirse las aulas, mis días de maestra presencial en tantos pueblos y Centros.
Días, horas que viven en mí con un rescoldo que me sostiene en ilusión y amor por todo lo relacionado con el magisterio.
Días y horas que me dejaron  una suave fragancia  que me sigue  impregnando como si hasta el  característico olor a tiza, lápices, cuadernos, vida... que emanan las aulas,  me llegara cada mañana en bocanadas de responsabilidad, ternura, inquietud, creatividad.... ¡Qué sé yo!
La escuela me sigue latiendo por los pulsos y aquí en mi solitario bosque de felicidad, paz, amor... escribo y me recreo con  todo lo que va pasando por mi mente en estos tiempos nuevos, díficiles, sí, como todos, pero con tantas posibilidades...
En fin, que hoy escribo para este blog,  sintiendo, queriendo al magisterio, pensando todo lo que conlleva de grandeza y pequeñez a un tiempo, ser maestro/a

- Ser maestro/a  de escuela es ser capaz de sostener en vilo, y sin que decaigan un ápice, las alegrías, las motivaciones, los intereses, los sueños de los alumnos.


- Jamás un maestro/a  debe consentir que un alumno se aleje de su lado, aunque sólo sea por unos instantes, humillado, triste, fracasado...


- Los alumnos no son sumandos de una suma. Luego jamás debe colocárseles el signo del igual.


- Todos los alumnos/as tienen grandes valores. Si no son apreciables a primera vista, habrá que buscarlos; jamás ignorarlos.


- Cada alumno/a tiene su propia cumbre. Ayudémosle a lograr la cima. De lo contrario lo estaremos condenando a una escalada perpetua de fracasos, cuyas gradas, peldaño a peldaño, llevará grabado nuestro nombre.


- Un maestro/a sin amor, es un pozo sin agua. Por mucho que intente sacar de él, los alumnos quedarán sedientos.


- Un maestro /a no es el hombre o mujer que lo sabe todo y lo da a todos. Un maestro/a  es el ser humano que, con humildad, sabe dar y recibir.


- Un maestro /a es un hombre o una mujer capaz de preparar la ilusión de cada día, antes que la lección de cada día.  

- Ser maestro, maestra no es el trabajo de impartir diariamente unas clases. Ser maestro o maestra es, tener capacidad para generar felicidad.


- Ser maestro/a   no es dar clases  a grupos de alumnos/as, sino aceptarlos como el germen de un hermoso proyecto en el que hay lugar para todos y el que  nos va el mañana,


No hay tiempos buenos ni malos; sólo distintos. Olvidar patrones y confeccionar una escuela nueva cada día. He ahí el secreto.


Nuestros alumnos/as están tristes, deprimidos, hastiados, cargados de problemas... Y esto no lo digo yo; lo dicen ellos con sus palabras, sus gestos, sus rechazos, sus rebeldías  y hasta sus ocultas depresiones


Conocer qué pasa en el alma  de nuestros alumnos, es primordial. Ignorarlo es el mayor error que podemos cometer.

 .... Y seguiré porque nada hay más trascendente y maravilloso que ser maestro/a.

¿A que huele una escuela? Dímelo tú, maestro/a.

martes, 23 de octubre de 2012

Enseñar es otra cosa

EDUCACIÓN/ DIARIO CÓRDOBA
24/10/2012

Que los alumnos/as descubran lo maravilosos que son


Al tomar posesión de mi primera escuela, las alumnas me esperaban con impaciencia. Al verme llegar, se apresuraron:
-Maestra, Elena es mala, y la otra maestra la tenía apuntada en la lista del cuaderno y su padre le pega porque no quiere venir a la escuela.
La pequeña, allí presente, guardó silencio.
-¿Y por qué eres tan mala? -le pregunté.
Encogiéndose de hombros, contestó:
-Una servidora no lo sabe. A lo mejor es porque no me gusta hacer tareas, copiados y esas cosas.
Resulta que, de toda la vida, entre padres y maestros hemos decidido, y definido y catalogado a nuestros hijos y alumnos en dos grandes e inflexibles grupos: buenos y malos. Los buenos tienen cara, los conocemos y hasta los intuimos con sólo una ojeada: estudiosos, silenciosos, disciplinados, complacientes, etc. Los malos, nerviosos, habladores, rebeldes, que pasan olímpicamente de libros, tareas, maestros y hasta de padres.
Y  para más inri son los que más abundan, y sobre todo, los que más se notan, de forma que, con frecuencia, nos referimos a ellos en estos términos numéricos:
-Tengo tantos o cuantos malos.
No sé qué siento cuándo oigo estas cosas, pero algo muy íntimo se me rebela porque, entre otras cuestiones, siempre me ha parecido un horror la cantidad de cosas que un niño tiene que copiar cada día.
Por otra parte, inmovilidad, silencio, sueño, calor, frío, tareas de clase, tareas de casa.
Se nos olvida que son niños y, si bien algunos son tan sumisos que callan y aguantan, lo normal es no soportar esta pedagogía que sigue en vigor por muchos cambios y muchos planes dictados desde todas las jerarquías, y que logran que los alumnos perciban la escuela como un auténtico suplicio.
Así fracasamos padres y maestros; no los alumnos.
Tendrá que llegar el día, a veces ya lo dudo, que de verdad se erradique de la enseñanza tareas, copiados, coloreados...

Enseñar no es etiquetar alumnos. Enseñar, entre otras cosas, es hacerles entender lo maravillosos que son, lo felices que pueden ser


¡Claro que para eso hay que ser, sencillamente, maravilloso y feliz!

sábado, 20 de octubre de 2012

San Rafael. Monumentos

Muchas veces he sido tutora de alumnos/as que, llegado a determinado nivel, abandonaban las aulas. Casi obligatoriamente me veía convertida en promotora, cuerpo y alma, de un viaje de fin de estudios que, promoción tras promoción, resultaba polémico: ¿Dónde ir?

Mis propuestas siempre conllevaban una intencionalidad cultural, simultaneada, como era normal, con diversión, ocio, etc. Pero los alumnos, intuyendo, o más bien desechando sin reparos todo tipo de programas culturales, se manifestaban en la línea de que les aburría visitar museos y monumentos. Era evidente: preferían la playa, la discoteca, el trasnochar, el sentirse libres de todo aquello que pudiera recordarle libros y aulas.

Y, desgraciadamente, aquella historia se sigue repitiendo: “No queremos ver “paredes” -oí decir a una alumna hace poco-. Efectivamente, los adultos no hemos sido educados para valorar las maravillas que pueden ser unas “piedras”, cuando en ellas puede leerse la fe, las costumbres, los valores, el arte, el alma, la historia de otros pueblos, de otras gentes. De ahí que no podamos transmitir entusiasmo, curiosidad, motivación ni tan siquiera por aquellos monumentos que son patrimonio de nuestras propias ciudades, que son huellas vivas del pasado y que están ahí, al paso diario de nuestro cotidiano vivir, ignorados, anónimos y, en muchos casos, medio derruidos.

Me estoy refiriendo, en este caso, a los  Triunfos, monumentos eminentemente cordobeses, dedicados al Arcángel San Rafael cuya onomástica, un año más, celebramos. Es obvio que esta falta de interés y desconocimiento es claro exponente de incultura.

Pero, desde mi punto de vista, injustificable para cualquier maestro o padre el que sus alumnos, hijos no conozcan en Córdoba, en sus respectivas ciudades, al menos, los monumentos, las estatuas y en el caso de nuestra fiesta, los monumentos denominados TRIUNFOS que son tan abundantes y visibles que casi habría que cerrar los ojos para no verlos. Sinceramente creo que el arte debería ser asignatura obligatoria porque en esa dimensión nos crecemos y ennoblecemos. De ahí que…

Si en la cima de la más alta montaña, o en la más feroz corriente de una cascada, puedo descubrir la huella del hombre,
debería exclamar:
¡Aquí, aquí habría que levantar un monumento!


Por eso, creyentes o no, cordobeses o venezolanos, pongo por caso,  eduquemos en el amor  al arte, manifiesto en estatuas, monmentos, etc. de nuestros pueblos y ciudades.
Para los cordobeses, unas viñetas que  pueden ilustar los alumnos7as con textos y coloreado. Son trabajo de un alumno.


 

 

 



De cara a fomenatr la creatividad, se les pueden sygerir numerosas actividades: Por ejemplo, las siguientes.

a) Con estas u otras viñetas, hacer un cómic. Ejemplo:




b) Diseñad monumentos. Por ejemplo:



c) Se puede escenificar. Si hay alguien interesado en el sencillo guión, se lo puedo facilitar.

Para no extenderme, lo dejo aquí pero  pueden hacer poesías, inventar nuevas historias, etc. etc.
                                                      

martes, 16 de octubre de 2012

¡Qué muchachos!

OPINIÓN/ DIARIO CÓRDOBA
ISABEL Agüera 16/10/2012



 
El ring, ring de mi móvil me pone al habla con mi nieto de diecisoete años y un par de amigos: Abuela -me dice-, ¿me das permiso para que tres amigos y yo pasemos una semana en el apartamento de la playa? Sí, claro -contesto-, pero... Antes de que termine, la voz de mi nieto y la de sus amigos expectantes, me interrumpen: Vamos a cuidar de todo, y vamos a limpiar...
Transcurrida la semana regresan. ¿Habéis gastado mucho? -les pregunto-. Veinte euros cada uno. ¡Sí, sí en la semana y hemos comido bien: macarrones, lentejas, arroz, pescado.
¡Bueno, bueno qué muchachos! Cuesta trabajo creerlos, pero las mamás de los respectivos lo confirman. ¡Vaya! ¡Como que han traído el dinero de vuelta!
Hay una frase muy conocida que refiriéndose a la adolescencia dice: En esta edad se es héroe o villano a diario. No obstante es más que notable cómo se nos olvida la simultaneidad de los términos y nos solemos quedar con el de villano, sinónimo de maleducado, irresponsable y hasta grosero. Se nos olvida, o queremos ignorar, el grado de heroicidad que son capaces de practicar en cualquier momento sin reparar en consecuencias sobre todo cuando se deposita en ellos confianza.
Pocas veces nos referimos a estas edades con optimismo, sino más como una generación de vagos, irrespetuosos, rebeldes y, llegado el caso, absurdos camorristas de manifestaciones.
Excepciones aparte, la juventud no deja de ser savia nueva que se iza con energía. Me dio pena leer, por casualidad, el cúrriculum, que como trabajo de clase, hacía un chico de catorce años: cinco idiomas, tres carreras, un montón de premios, etc.
¡Claro que tienen aspiraciones de futuro!, pero las cegamos con nuestros pesimismos de mayores.
¡Ah! El apartamento quedó como los chorros del oro.
Es la fiebre de la juventud la que mantiene el mundo y la temperatura normal. Georges.



* Maestra y escritora





martes, 9 de octubre de 2012

Reyes y mamás

EDUCACIÓON/ DIARIO CÓRDONBA
 ISABEL AGÜ ERA 10/10/2012



Cierto día, y por sugerencia mía, los alumnos se dibujaban a sí mismos. Un pequeño se dibujó rodeado por un círculo. ¿Qué significa este círculo? --le pregunté--. Eso no es un círculo --me contestó-- ¿No ves que es una corona? Otro alumno se dibujó en lo alto de un pódium: ¿No ves que soy un campeón? --exclamó--. Una pequeña se dibujó con una muñeca entre los brazos. Es que soy una mamá --me dijo--. Sinceramente, algo se reveló en mí.
Largos años ya tratando de educar en igualdad y aquellas confesiones de los pequeños evidenciaban los pocos logros alcanzados, pero, ¿dónde radicaba el fallo? Mi reflexión pronto tuvo respuesta: una madre, que esperaba a la salida a su hijo e hija, exclamó dirigiéndose a ellos: ¿Dónde está mi rey? ¿Y mi niña?
Ni mucho menos voy a responsabilizar solo a la familia. Creo que somos todos los que seguimos, de una manera o de otra, discriminando por razones de sexo, si bien a veces son pequeñas cosas que nos pueden pasar desapercibidas, pero que socialmente nos impulsan en determinadas direcciones.
¿No es verdad que nos resistiríamos a que nuestras hijas asistieran a entrenar fútbol, y no a clase de ballet, pongo por caso? ¿No es cierto que muchos maestros y maestras, inconscientemente digamos, asumimos que los varones son más desordenados, más de dar patadas, más de peores comportamientos, etc.?
Muchas veces he repetido que jamás, en nada, pero sobre todo en educación, existen leyes generales, porque jamás un alumno/a más otro van a sumar dos, luego ni todos los varones son de patadas ni todas las niñas de muñecas y tiernas palabras.
De ahí que, primando siempre la individualización, nuestra mente y nuestros comportamientos deben asumir que no está todo en el lenguaje: o/a, sino en dar prioridad a la igualdad de gustos, oportunidades y, por descontado, de educación.





sábado, 6 de octubre de 2012

. Experiencia: Mi personaje favorito

Queridos compañero/as: En mi obra Creatividad y Lenguaje detallo una bonita y sugerente experiencia llevada a cabo en el aula. Voy a intentar, si bien de la forma más resumida que pueda, darla a conocer en este Blog porque son muchos los maestros y maestras que me han comentado cómo  les ha servido, ya que engloba  todo tipo de competencias.
Se trata sencillamente de sugerirles que dibujen, para empezar, un personaje que se inventen y que responda al tipo de  niños/as que a ellos les gustaría, por ejemplo, tener de amigo/a.

Una vez dibujado deben, aunque sea de forma breve, describirlo.
Os pongo el ejemplo del trabajo de una niña en este primer paso, tal y cómo
lo hizo:

DIBUJO A MI PERSONAJE
Dibujo y describo a mi personaje favorito

A partir de este primer paso, las sugerencias pueden ser lo más variopintas. Como son  muy numerosas y variadas, iré insertando trabajos porque creo que es la mejor forma de entender sin necesidad de  largas explicaciones.
Al principio, siempre les he sugerido alguna cosilla pero la mayoría de las actividades han sido propuestas de ellos y os aseguro que me sería imposible reproducirlas  ni tan siquiera en una aproximación.
Sigo con algunas:

DEDICO UNA POESÍA A MI PERSONAJE
Poesía a mi personaje

PEGATINAS DE MI PERSONAJE

Pegatinas de mi personaje

(Continuará...)

lunes, 1 de octubre de 2012

Magister dixit

OPNIÓN/DIARIO CÓRDOBA
ISABEL AGÜERA
  02/10/2012


¿Saben aquel que dice magister dixit ? Bueno, estén puestos en latín o no --yo no lo estoy-- por mi cabeza lleva tiempo rondando este post a raíz de que una destacada personalidad me decía un día al teléfono: "No permitas que te tilden de maestra a secas. Tú, además de escritora, eres profesora".
Y no es un chiste, aunque me hizo tanta gracia que me incitó a curiosear sobre la palabra maestro, si bien a mí me ha parecido siempre demasiado grande para ostentarla mi persona.
Y en mi diccionario etimológico de casi doscientos años me encuentro lo siguiente: "El término maestro deriva de magister y este, a su vez, del adjetivo magis que significa más o más que. El magister --continúa-- lo podríamos definir como el que destaca o está por encima del resto por sus conocimientos y habilidades".
¡Madre mía, qué descubrimiento! Pero hay más, porque rebuscando en tan venerable diccionario, y posiblemente guiada por el inconsciente tan saturado en estos tiempos de términos políticos, y siguiendo con la 'M' doy con la terminología de la palabra ministro y, ¡vaya sorpresa! Ministro deriva de minister y este, a su vez, del adjetivo minus , que significa "menos o menos que". El minister era el sirviente o el subordinado que apenas tenía habilidades o conocimientos. Y concluye mi docto y vetusto diccionario diciendo que ministro puede ser cualquiera, pero no maestro.
¿Qué les parece? ¿Lo sabían? ¡Ea, pues hay quien se busca un recambio como el de profesor o un subtítulo como asesor, escritor o qué sé yo! Claro que esto dice mucho de arrogancia y poco entendimiento de aquellos a quienes el título de magister se les queda chico y a lo mejor es que venían para ministros y se lo están perdiendo.
Magister dixit . El maestro dijo y- ¡A callar toca!
¡Qué viejito, mi diccionario! Porque hoy por hoy lo que mola es: Dixit, minister . ¡Qué boca más chica hay que poner!