domingo, 24 de marzo de 2013

Universo de vida

EDUCACIÓN/DIARIO CÓRDOBA
ISABEL AGÜERA
 20/03/2013


El pasado día veinticuatro de febrero se celebró en Andalucía, y a bombo y platillo tan solo en los medios, creo, porque hubo maestros que ni tan siquiera se enteraron, el tradicional Día del Maestro o de la Educación. Hoy quiero unirme, a mi manera, a tan lejana fecha ya, con mis mejores palabras dedicadas al magisterio, más que mi modus vivendi, mi universi vitae.
Sí, mi universo de vida, y es que ser maestro es algo tan importante, trascendente y casi divino que me viene grande la palabra y hasta miedo he sentido siempre de asumirla como una forma más de ganarme la vida, porque entraña una inquietud constante por hacer correr la llama del saber, conscientes de que la cultura es uno de los mayores bienes que podemos legar a la humanidad.
Donde haya un hombre culto, habrá un germen, una fuerza viva capaz de fermentar, en sabores nuevos, nuestra sociedad tan corrompida de egoísmos que inevitablemente nos arrastran para defender, proteger y salir a flote con nuestras individualidades.
Ser maestro de escuela es gozar del privilegio de poder conducir a los alumnos hasta el umbral de sus propias mentes, donde yacen adormecidas las auroras de sus entendimientos.
Ser maestro de escuela es respetar la individualidad y creatividad ilusionada y expectante, de cada uno de los alumnos, maestros olvidados de un tradicional y malsano paternalismo que engendraba individuos sumisos, impersonales, receptores de la escala de valores, implacable, patriarcal y dominadora, de sus maestros.
Jamás un maestro debe ser un conformista y pasivo burgués espectador que se limita a cumplir con su deber las horas diarias que dura su trabajo.
Un maestro es un luchador, un creador, un soñador, que, sin perder jamás su dignidad, sabe que su meta no  la lleva en el bolsillo, sino que está, y la tiene que buscar, en  la mirada atenta e ilusionada de sus alumnos, su universo de vida.







martes, 12 de marzo de 2013

Una buena estrategia para el estudio

(De mi obra, editada por Narcea, S:A: de Ediciones, Buenas ideas par aun curriculum creatvo.)


                  Hora de lectura, hora de libre elección no solo de libros
                sino también de comodidad libre y responsable.

Sí, para que los alumnos/as aprendan no podemos limitarnos a explicar lecciones, hacerlas estudiar y si acaso preguntar algo en clase. Y lo que no falta jamás, los consiguientes exámenes, controles o como esté de moda llamar al ejercicio de comprobar si han alcanzado o no los objetivos programados.
Sinceramente confieso que nunca he seguido pausas tradicionales, sino que me he puesto en lugar de ellos/as y me he esforzado por pensar qué cosas y cómo les resultan más gratificantes, ilusionantes y motivadoras.
De toda la vida, los cuestionarios, preparados por los maestrso/as, pensados y repensados para dar cobertura a lo más importante de temas que van a ser objeto de evaluación, se han guardado celosamente a fin de que no los conozca el alumnado.
Pues, bien, en mi línea de buscar estrategias creativas que ilusionen a los alumnos/as, cuando iba a llevar a cabo algún tipo de control, y una vez elaborado el cuestionario, en el que cuidaba bien de aquellos puntos que eran esenciales, y cuando unos días antes y como hacen siempre, me requerían insistentemente en que les diera pistas sobre el examen, no les decía nada, pero, cuando ya faltaban dos o tres días y haciendoles notar que estaba en ello, con algún achaque salía de clase dejanto el cuestionario sobre la mesa.
Efectivamente, se abalanzaban a copiarlo y, por supuesto, a estudiarlo con la picaresca de que habían logrado copiármelo. Y el resultado no fallaba: todos con buenas notas.
Y es que lo importante no es "coger a los alumnos" en lo que no saben, al menos, para mí, era, y es,  facilitarles un estudio motivado de cuanto a mi me parecía de interés en cada tema.
Así, por ejemplo, si habíamos estudiado la función clorofílica -es solo un ejemplo-: les pedía en el cuestionario: Escribe por qué no se acaba el oxígeno de la tierra.
El resultado es que buscaban, investigaban y aprendían aquello que para su formación y objetivos programados era esencial.

Y, bueno, otro día, por si lo creéis interesante, otra estrategia.