miércoles, 10 de noviembre de 2010

Los papeles que nos comen


 
                              SEAMOS CÓMPLICES DE LA CURIOSIDAD DE LOS NIÑOS/AS

10/11/2010
MENSAJES.

Los papeles que nos comen

10/11/2010 ISABEL AG ERA

¡Pues es lo que exclamaba un maestro joven, celoso de su profesión pero sumido en una incipiente depresión! Los papeles que nos comen --repetía--. Todo son papales y más papeles que nos exigen y no sé para qué. No estudié para administrativo sino para maestro, y es cada día más difícil serlo: una barbaridad de exigencias que nos restan tiempo y que, prácticamente, no sirven para nada.

Y mientras así se desahogaba el joven compañero, por mi cabeza desfilaban alumnos que precisan atención exclusiva, alumnos que esperan, no solo enseñanzas, sino afecto, motivación, cercanía, etc. de sus maestros, alumnos y alumnas que acuden cada día a las aulas, ajenos al papeleo que circula por manos de sus tutores y que muy poco o nada repercute en lo que buscan, en lo que esperan, en lo que precisan para su presente y, sobre todo, para su futuro.

Desde mi punto de vista, para que un buen gestor del tipo que sea alcance objetivos y logre allanar caminos, despejar follaje y dar lugar a un día mejor, necesita, en primerísimo lugar, que el trabajo le resulte placentero en lo que pueda, así como también un mínimo de autonomía para realizarlo.

Claro está que los resultados deben ser evaluados por quienes recaiga la responsabilidad de hacerlo pero sentir la opresión, el acoso de exigencias que lo distraigan, lo depriman y alejen de su principal cometido, es algo que se debería evitar.

Siempre he creído, y lo sigo creyendo, que lo que un maestro debe enseñar cabe en el hueco de una mano, porque el verdadero maestro no es un adiestrador de normas preestablecidas o impuestas. El verdadero maestro trabaja con sueños propios, más los de sus alumnos.

El maestro por excelencia es el que sabe que trabaja con personas y no con cosas y, por supuesto, no con papeles.

El deprimido joven afirmaba: Con el papeleo trabajo más como administrativo que como maestro.





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