martes, 16 de febrero de 2016

Pan para hoy, hambre para mañana

Miércoles 17/02/2016
Hoy, amigos, leemos el periódico.

DIARIO CÓDOBA/ EDUCACIÓN


     
Jamás te presentes ante los alumnos sin una “cartera” rebosante de ilusiones.


 Varios han sido los sistemas de enseñanza que, durante mi magisterio, se impusieron como novedad indiscutible y que, con mayor o menor grado de convencimiento, había que acatar. No obstante, el magisterio, protagonista ausente siempre de toda elaboración de proyectos educativos, el magisterio, en cuyas manos se depositan tales planes y responsabilidades, casi indiferente y augurando un precoz fracaso, tenía que enfrentarse a la realidad del día a día, años luz de las ocurrencias de los sistemas vigentes. 
Y es que enseñar y educar va mucho más lejos que el mero impartir una clase por muy novedoso que sea el método y por muchas que sean las ocurrencias decretadas.
Lo más importante de todo, y de cara al magisterio, es la libertad, capacidad e ilusión de crear en el aula, entre profesores y alumnos, un ambiente distendido que favorezca la convivencia pacífica, que propicie la unicidad, que estimule las capacidades, que promueva las actitudes, que favorezca la creatividad y que haga efectivo trabajar en cometidos complejos, porque solo, desde esa perspectiva es posible el binomio enseñanza-educación, imprescindible para proporcionar al alumnado el alimento que lo nutra para toda la vida. ¿Qué sucede para que estos ingredientes no sean la realidad que se viva en las aulas..? Sucede que los maestros siguen sin encontrar el móvil ilusionante que los haga soñar con la escuela que desean. Un maestro no es un vigilante, una niñera de alumnos con problemas que entorpecen, perjudican el normal funcionamiento de un aula y   llevan a enfrentamientos a todos los niveles Un maestro no es un ejecutivo con montones de papeles que cumplimentar encima de la mesa. Un maestro no es un mago que con solo su `presencia lo arregla todo.

Los maestros, hoy día, sufren toda clase de exigencias sin que nadie dé respuesta a sus más que justas reivindicaciones. Administración, padres, sociedad…, menos presión y más apoyo al magisterio porque de lo contrario, para nuestros hijos, hombres y mujeres de un inmediato fututo, pan para hoy, hambre para mañana.

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