viernes, 24 de marzo de 2017

Experiencias Pedagógicas

El título de maestro, se obtiene en la Escuela de Magisterio, a ser maestro se aprende en el día a día de las aulas. Y allí, tras muchos  errores, fue donde  comencé a ser maestra sin que haya terminado el aprendizaje. De mi experiencia os traigo algunas ideas de qué cosas debemos evitar y qué cosas propiciar.

- No  dejemos que los  alumnos se vayan  ni un solo día sin que hayamos pronunciado su nombre, dedicado unas palabras, sin mirarle a los ojos…
- Sería un error imperdonable desmentir a un alumno, aún sabiendo que miente, en público. Solo conseguiríamos humillarlo; jamás enseñarle.,
- Siempre debemos tener lista una “cartera” rebosante de ilusiones que transmitir a los alumnos.
- No debemos ir a clase   con el propósito prioritario de enseñar. A flor de piel, el conocer, amar y hacer felices a tus alumnos. 
- No olvidemos que los alumnos no son cera para moldear, sino el futuro que está en nuestras manos para hacerlo crecer en libertad, autoestima, creatividad…
- No pongamos  fin a las tareas educativa al finalizar el horario escolar. Muy al contrario, los alumnos, sus problemas, sus vidas… deben acompañarnos a lo largo y ancho de los días, porque deben formar parte de nosotros, desde el mismo instante que entren por las puertas del aula.  
- No   impongamos  justicia sin escuchar. Sería manipulación pura y dura.
 - No permitamos  que un alumno se aleje de nuestro lado triste, humillado, decepcionado.
- Nunca mintamos a los  alumnos. Recordemos que no somos sabios sino   seres humanos con grandes limitaciones. La verdad no humilla sino que engrandece. 
- No intentemos  ser copiado por  los  alumnos. Procuremos, por el contrario, fomentar su individualidad. Su futuro no puede ser fotocopia de nuestras, tal vez obsoletas, creencias.   
- No  midamos a los alumnos con la misma vara; no son series; cada uno de ellos es único e irrepetible.
- Hablemos no para ser escuchado; hablemos  siempre para ser comprendidos.
 - No debemos emprender una tarea sin haberla motivado con anterioridad. Sería como emprender un camino a oscuras.
 - Un día en el aula nunca debe ser igual a otro. La creatividad debe ser el arma que los haga únicos y especiales.
- Nos debemos convencer de algo importante: no fracasanlos alumnos, fracasamos los maestros.
- Demos siempre, propiciemos siempre la oportunidad de que los alumnos rectifiquen, evitando desenmascararlos. Si no hay excusa, debemos inventarla.

- No esperemos que los alumnos vayan  a nosotros, somos nosotros los que debemos ir a los alumnos.

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