miércoles, 29 de enero de 2020

Educación sexual

DIARIO CÓDOBA / EDUCACIÓN SEXUAL
 ISABEL AGÜERA
Corrían los años setenta cuando una niña de diez años me hizo una pregunta sobre el sexo que en aquel momento no supe si debía o no contestar. Reuní a los padres y les propuse que libremente se pronunciaran acerca de la conveniencia o no de que yo les explicara a los alumnos, a sus hijos, aquellas cosas elementales  sobre sexualidad que a su edad deberían saber y, por unanimidad, acordaron que sí, ya que ellos no sabían cómo hacerlo.
Han pasado muchos años y siempre he dado respuesta a curiosidades e inquietudes propias de la edad sin que ningún padre se haya quejado, sino todo lo contrario. Resulta que a estas alturas, el tema se torna polémico y político. Copio textualmente: según la Unesco, -año 2010- hay que dar a las personas jóvenes el conocimiento, las habilidades, actitudes y valores que necesitan para definir y disfrutar de su sexualidad (física y emocional) individual o en relaciones. Del mismo modo, según la OMS (2002), los programas de educación sexual deberían iniciarse tempranamente, ser específicos para cada edad y constituir una actividad continua de promoción de la salud durante los años escolares.
De aquí que la polémica levantada al respecto por el tema del que tanto se habla en estos días me resulte casi irrisoria e infantil. La educación integral que deben recibir los alumnos no puede pasar por alto temas de tan gran trascendencia y máxime en estos tiempos en los que los niños desde su móvil o Tablet tiene acceso a todo tipo de información o desinformación, diría yo, porque son temas que les despiertan gran curiosidad y la mayoría de las veces aprenden y saben por amigos que hasta les indican páginas con contenido pornográfico.
Y no hablo de memoria, sino que podría citar casos concretos y reales. Más de veinte años tenía yo cuando supe algo sobre el tema con las consecuencias negativas propias de tal ignorancia. Recuerdo en clases de Magisterio que cuando llegamos al tema del matrimonio, el profesor se saltaba la lección. Considero y respeto todas las opiniones, pero, ¿de verdad cree alguien que la mayoría de los padres abordan este tema con naturalidad y sencillez para asesorar a los hijos? ¿De verdad los padres, excepciones las hay, saben educar y educan a sus hijos? Educar no es solo castigar cuando algo nos parece mal, educar es enseñar, ante todo con el ejemplo, a respetar, a ser disciplinados, ordenados, etc. Hoy se mal educa a los hijos siendo totalmente permisivos no privándolos de mil cosas caprichosas e inútiles, niños que gritan, que contestan, que a veces se enfrentan con los profesores con la defensa a ultranza de los padres. Niños que pasan horas con un móvil, con amigos, etc. auténticos maestros de todo.
Yo repito aquello de, dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Sí, la educación empieza en el hogar, pero cuando los padres educan, cuando saben de sus competencias y cuando confían  en las competencias de unos maestros preparados psicológicamente y pedagógicamente  para forma e informar a sus alumnos.




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