lunes, 12 de marzo de 2012

Enseñar a pensar

Tuve que cumplir muchos años para saber que podía pensar, elegir, opinar, etc.Hasta entonces los demás habían pensado por mí, pero un propósito me nació con fuerza imparable: Mis alumnos/as deberían, como primer mandamiento, aprender a pensar. Es decir: dejar de ser loritos para transformarse en personas.
Son varioas las obras que, con este propósito me han publicado. De una de ellas, resumo la siguiente propuesta:

PRIMERO: Lectura de un texto, más bien breve, que los induzca a pensar. Por ejemplo, el siguiente:

EL LOCO

Hacía frío ya. Los primeros aguaceros habían asentado el polvo de los jardines.

Todo el paseo era como una misteriosa y repentina caída del otoño.

Atrás quedaban  jugueteos de niños por caminos y fuentes. Atrás, los reposados silencios de los viejos. Atrás,  alegres y cómplices coqueteos de los enamorados.

El paseo era una sombra sin más perfiles que las copas peladas de los plataneros, sin más vida que la de aquel desarrapado y pobre "loco" que seguía paseando encogido como si siempre llevara frío, con la cabeza acurrucada entre los hombros y todo su pequeño cuerpo en un incontrolable tic que se adivinaba entre los pliegues de una vieja gabardina.


Día tras día, en todas las estaciones, recorría, de la mañana a la noche, el paseo, camino del río, y allí, justo en la orilla, entre álamos y cantos de pájaros, se quedaba eclipsado en interminables murmullos que nadie entendía y que más bien parecía como si hablara a la corriente.

La gente, con indiferencia, al verlo pasar, repetía: ¡Cualquier día no vuelve! Mejor para él.

Y él que lo entendía, pensaba: ¡Pobre gente ignorante! Mejor para ella.

Y yo, testigo, como en oración, repetía:

¡Pobre loco! ¡Ojalá que vuelva siempre! ¡Ojalá que no le dé por irse con la corriente en busca del mar! ¡Ojalá, cuando llegue la primavera, mis ojos puedan regresarlo de nuevo, como a las golondrinas, flores, mariposas, niños, ancianos… como a los enamorados.

¿Por qué extraña historia se habría vuelto loco, si es que de verdad lo estaba?

¿Acaso estaba cuerdo y nadie lo sabía?

Han pasado años, pero lo sigo viendo, como un bulto, como una sombra que se deslizara ausente de la realidad que éramos todos, que somos todos...
SEGUNDO:  Compartir reflexión
  • ¿Por qué  llamaremos  pobres locos a  seres humanos que andan sueltos, tragándose, a malas penas, las razones de su  aparente locura? 
  • • ¿Por qué en nuestros corazones no habrá lugar a tantos "dementes" que sanarían con amor? 
  • • ¿Por qué será?
  • ¿Por qué la gente diría, "mejor para él"
  •  Y por qué él pensaría: ¡Pobre gente ignorante! Mejor parea ella.
  • • ¿Por qué estaremos tan ciegos para nuestra locura y seremos tan videntes de la locura de los demás?
  • ¿Por qué al pobre “loco” aquel le daría por ir y venir al río? ¿Sería, acaso, el único camino que le dejara la vida?
  • ¿Por qué se me ocurrirría a mí hacer una oración? 
  • Etc. etc.

TERCERO: Concluir en textos de tres o cuatro renglones que resuman algo aprendido, tras comprender y reflexionar sobre esta historia.

Por ejemplo:
¡Pobre loco! Al menos, le abriré un surco en mi corazón.

 Esto es, como he dicho, tan solo un breve resumen.











No hay comentarios:

Publicar un comentario