viernes, 23 de agosto de 2013

Técnicas de estudio 4


  

La mano de un niño solo tiembla ante lo desconocido.



APRENDER NO ES IGUAL A MEMORIZAR


Es obvio que nuestros alumnos, como cuando nosotros fuimos estudiantes, siguen creyendo que estudiar es sinónimo de memorizar, al fin de reproducir ante el profesor el mayor número de palabras posibles.  .
Cualquier procedimiento elegido para favorecer el aprendizaje, el estudio, tendrán que  lograr, para ser eficaces,  que los conocimientos lleguen a la memoria de los alumnos de forma organizada 
Por experiencia de tantos años en ejercicio de la profesión de maestra, sé con cuánta facilidad se confunde la memoria  con  el estudio, en el sentido de creer que, cuando algo se olvida, se achaca a la mala memoria, y no a la falta de estudio y comprensión.
Así, los padres suelen expresarse en estos términos: Es que el niño, la niña tiene muy mala memoria, porque en casa, anoche, me dijo la lección entera, ¡y se la sabía!, pero, ¡vaya memoria que tiene el niño o la niña!
Y sí, es verdad que hay que  potenciar la memoria -ya hablaremos de ello-, pero, lo que por lo general falla, es que no han aprendido a estudiar y tratan de memorizar  conocimientos que no están de ninguna manera organizados y, por supuesto, no pueden ser integrados como tales.
Poco, o nada, cuenta la reflexión, interiorización, el conocimiento, en definitiva, "digerido", asimilado del porqué de las  cosas. Sólo el justificarse ante el profesor, a la hora de dar cuenta de un tema.
Les importa, y mucho, que les salga la "cuenta", porque suponen, y casi suponen bien, que por lo que repitan, acerca de la lección encomendada, y tal vez sólo por eso, se les va a evaluar,

APRENDER EQUIVALE A DESCUBRIR 
 De ahí que los contenidos conceptuales haya que secuenciarlos bien de forma que cada uno de ellos sea eslabón que apoye y potencie el aprendizaje del siguiente.
Pero situar al alumnado en el estadio de la investigación y descubrimiento, conlleva, por parte del maestro, una dedicación plena, una ilusión y amor al estudio que contagie a los alumnos, sin necesidad de forzarlos por caminos "intransitables" y, posiblemente, sin retorno. 

RECUERDO AL RESPECTO
Un curso, me llegó un grupo de alumnos de quinto nivel, totalmente desmotivados, sin interés alguno por aprender, indisciplinados y tremendamente perezosos,
Se me ocurrió hacerles un proyecto de trabajo en grupos. Se trataba de investigar sobre los   monumentos  cordobeses llamados TRIUNFOS, dedicados al Arcángel San Rafael. Comencé por contarles las tradiciones, milagros e historias atribuidas al Arcángel. Los lancé a investigar. Resumiendo: el éxito fue total. Imposible de enumerar aquí la cantidad y variedad de trabajos que se derivaron de tal investigación.
El grupo estaba salvado de la monotonía, indiferencia, desgana y poca motivación.

Sin duda, el primer paso hacia el fracaso lo impulsamos los  padres y maestros cuando en el proceso enseñanza-aprendizaje, no preparamos a individuos autónomos, capaces de aprender por sí mismos.

Cargamos las tintas" en el aprendizaje por aprendizaje, olvidándonos de algo esencial: desde los primeros años hay que enseñar a aprender.
Los conocimientos no se adquieren por ósmosis y mucho menos a base de clavar los codos día y noche  y, a trancas y barrancas, repetir como loritos, la letra por encima  de lo que se considera pura obligación y nada más.
Por lo general, los libros de texto, desde hace años, nada tienen que ver con las antiguas enciclopedias donde todo estaba resumido y fácil de memorizar. Los libros de texto hoy día están concebidos  para informar y extractar de ellos lo básico, lo fundamental, y eso no se consigue con los  rutinarios subrayados que solemos hacer, sino leyendo, comprendiendo, extractando y, finalmente, memorizando.
Insistentemente he trabajado, y sigo trabajando, en estrategias que favorezcan el cambio necesario para que el estudio deje de ser el fantasma gigante que persigue, acosa, desvela, deprime... a nuestros pequeños y jóvenes estudiantes.

En la próxima entrada  quiero comenzar con estas estrategias pero, previamente, me parece interesante entender el por qué es necesario que los maestros  estemos convencidos del absurdo y rutinario ejercicio de enseñanza que, día a día, llevamos a cabo sin más.  > mí, al menos, así me lo parece.

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