sábado, 14 de septiembre de 2013

Chuletas y Copiado


Estrategias para  comprender, resumir y aprender
Imagino que para algunos profesores/as lo que hoy, siguiendo un poco más con  Técnicas de Estudio, voy a exponer,  no les va a resultar muy ortodoxo, pero, desde mi punto de vista, el maestro va a la escuela,  a enseñar y, como he dicho en otras ocasiones, sobre todo, a aprender. Y para aprender tan solo hay que observar qué cosas motivan  al alumnado y servirse de ellas para sus estrategias.
Así, de toda la vida, para los alumnos el hacer chuletas  ha sido casi una pasión. Con ellas escondidas iban, de cara a exámenes, más seguros, valiéndose de mil estratagemas para no ser “pillados” por el profesor/a.
Bueno, pues, si recapacitamos un poco y nos preguntamos qué es una chuleta y  cuál es su contenido para que les resulte algo tan valioso, daremos con el quid de la cuestión: una chuleta es el extracto personal más esquematizado de lo esencial de cualquier tema, objeto de evaluación. 
De ahí que personalmente me haya valido  de esta estrategia para que se interesen y caigan en la cuenta de lo importante de cada contenido.
Y de cara a una evaluación le he dicho lo siguiente: Podéis traer y usar chuletas pero que yo no os vea.
Por supuesto, la noticia era siempre una bomba de motivación y, por mi parte, a la hora de la evaluación, ¡claro que los veía!, pero me hacía la distraída a la vista de los esfuerzos por tenerlas escondidas.
La evaluación para mí no tenía por objeto aprobar o suspender, sino una forma más de hacerles avanzar en la comprensión y aprendizaje. Y para ello nada mejor que darles armas en lugar de restarlas.
Otra estrategia y termino por hoy: Ante un tema terminado y la correspondiente comprobación de si habían alcanzado   los objetivos mínimos, al menos, consistía en previamente al Control o evaluación, y de forma presencial preparaba las preguntas  fundamentales.
Los alumnos, porque yo así lo procuraba, eran conscientes de lo que estaba haciendo y todos sabemos cuánto hemos deseado y cuánto hubiéramos dado por  conocer las dichosas “preguntas” de un examen.
Bueno, pues, cuando las tenía escritas, las dejaba encima de la mesa y les decía: Voy a bajar un momento a dirección. Seguir trabajando.
Cuando regresaba las caras de complicidad eran dignas de un cuadro, pero no me daba por enterada: las habían copiado.
¿Resultado? Todos “aprobados” y con creces.
Sinceramente, no me importaba en absoluto: había conseguido que estudiaran bien lo esencial del tema, objeto del examen o control.
Y seguiré porque hay maestros que así me lo piden. Gracias por ser receeeptivos a tan sencillas “técnicas”

No hay comentarios:

Publicar un comentario