jueves, 6 de marzo de 2014

"Breverías" Pedagógicas




                    No abras puertas: enséñalos a usar llaves

Queridos maestros/as: Algunas de las cosas que escribo hoy en este Blog,  puede que os suenen a repetitivas, pero quiero iniciar  algunas entradas sobre estas "breverías", fruto del trabajo y amor la los alumnos y a la educación.

El gran escritor, y mejor amigo, Carlos Muñiz Romero, me dedicó un bello soneto, tras  leer una obra, que le entregué sin título pidiéndole que  tras leerla me aconsejara   uno.
 Me la devolvió. No veo más título  -me dijo- que este: AGÜERISMOS. Un poco sorprendida por el título acuñado le pregunté: ¿y qué significa o quieres que diga este título? Pues, sencillamente –me contestó- que eres tú en cuerpo y alma.
Como prólogo me dedicó un soneto que reproduzco porque creo  que no me pertenece en exclusiva sino a todos y todas los que de alguna manera tratamos con niños/as.
                                        Se hace trizas el mundo por las trazas
                                        y, ante el destrozo, el niño, con la arena
                                        construye el foso, el torreón, la almena,
                                        mientras las olas hierven de amenazas.

                                        Entonces llegas tú. Le oyes. Abrazas
                                        la extraña soledad de su alma en pena
                                        y haces que invente, porque así se estrena
                                        lo que te hace puro y no disfrazas.

                                        Oh gozo, manantial, nostalgia o fuente,
                                        el borbotón, el pronto, el balbuciente
                                        temblor del socavón y los aljibes,
                                        oscura luz que llamas fantasía
                                        con la que el niño, a solas cada día,
                                        inventa el mundo puro en el que vives.
                                                       …………………
Y ahora algunos de esos “Agüerismos”

Ser maestro es, ante todo, entender que los alumnos no son sumandos de una suma. Luego jamás se les podrá aplicar el signo del igual.

 Ser maestro, maestra, es ser manantial de donde fluya la ilusión, la creatividad y el amor como agua fresca donde todos, sin excepción, puedan beber.

Si tus alumnos bostezan, puede que hayan dormido poco o puede que tú los estés durmiendo

Si los alumnos son una copia de su maestro. ¿Qué mostrarán, cuando se les exija el original?

En la mirada de cada niño se esconde un futuro. El maestro no debe olvidarlo, sino recordar constantemente que los talentos como los caminos son variopintos: también los futuros.

Un maestro no debe ser  sastre de talla única. A cada alumnos y cada día debe usar el metro, medir y confeccionar tallas a medida.

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