miércoles, 16 de mayo de 2012

Mes de Comuniones

DIARIO CÓRDOBA /EDUCACIÓN
MES DE COMUNIONES

ISABEL AGÜERA



Siguiendo en la línea de reivindicar valores, voy a referirme hoy, puesto que estamos en el mes de las Primeras Comuniones, a la educación religiosa, valor controvertido que transmitimos a los hijos, expresando y justificando, en una línea o en otra, nuestras decisiones con respecto al tema.
Yo creo que de forma inconsciente, digamos, todos somos manipuladores en la educación de nuestros hijos. Son muchas les veces que he oído palabras como éstas: Mi hijo/a no hace la Primera Comunión porque no quiero que la manipulen, pero, ¿acaso esta opción no es sinónima de manejar, igualmente, los valores y sentimientos de los hijos?
Efectivamente, tanto en un caso como en otro pensamos, decidimos e imponemos nuestros convencimientos como los más sinceros y convenientes de cara a la formación de nuestros hijos como si no hubiera más caminos, más opciones…
Y sí que las hay pero se precisa un revulsivo que pasara, en primer lugar, por dar margen a los niños para que, como mínimo, entiendan, por ejemplo, en el caso de las Primeras Comuniones, qué significado tienen. En segundo lugar, y desde mi punto de vista, las catequesis deben ser claves en la preparación, que no por años de duración son más convenientes y clarificadoras y mucho menos si en ellas se hace alusión excesiva a temas recurrentes como el pecado, el infierno, etc.

¿Qué pecado o qué infierno pueden entrar en la mente de un niño de siete años? La religión es, ante todo amor, amor a Dios, amor al prójimo, lo que conlleva un largo discurso que debe fluir sereno y sentido, tanto de preparadores catequísticos como de padres. Celebremos, pues, sí es que así lo hemos decidido, la Comunión de nuestros hijos, pero seamos conscientes de su trascendencia que sobrepasa la parafernalia que organizamos y, si nos confesamos creyentes, obremos en consecuencia.











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