martes, 27 de mayo de 2014

Manipulación y educación



Es muy fácil pasar de la educación a la manipulación

Durante un tiempo, mi hija mayor trabajaba fuera de Córdoba.
Cada domingo, por la noche, se marchaba en coche a su destino.
Al despedirla, yo intentaba sonreír para darle ánimo.
Después, me asomaba a la terraza y hasta que se perdía de vista, con  lágrimas en los ojos, le decía adiós con el pañuelo.
Ella  sabía de mi pena por su ausencia  y me repetía: ¡Si no pasa nada, mamá! ¡Si allí estoy bien!
Un día caí en la cuenta de algo importante: sin ser consciente de ello, estaba manipulando sus sentimientos hacia mí.   
Y me dije: 
No me asomaré más a la terraza. Es preferible que se lleve mi “olvido” a que se lleve mis lágrimas.
Entiendo, queridos amigos, que así  funciona la llamada Inteligencia Emocional:  como capacidad  psicológica  para apreciar, conocer y expresar   nuestras propias emociones, entender las de los demás, y utilizar esta información para guiar nuestra forma de pensar y nuestro comportamiento. Muy útil y necesario en educación.

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