miércoles, 2 de mayo de 2018

Tú grabas, yo grabo

 DIARIO CCÓRDOBA / EDUCACIÓN
  GRABAS, YO GRABO
Tras más de treinta años colaborando en este suplemento, más toda una vida dedicada a la educación, no creo que nadie dude hasta qué punto soy enemiga total del maltrato de cualquier clase que se pueda dar a un niño, a una niña y es por eso que a la vista de la difusión que hoy día los medios de comunicación dan a todo sin importar las consecuencias y dimensión que pueden alcanzar interpretaciones y malos entendidos, me he decidido a escribir este artículo.
Y es que voy a referirme a ese «creativo» invento de colocar una grabadora a un alumno o alumna para ir a la escuela, algo que desde mi punto de vista, debería estar penado por lo que conlleva para un pequeño ser portador de un artefacto oculto para espiar a sus maestros. No dudo de que sean ciertas amenazas, palabras fuertes en momentos determinados del día, pero yo, maestra, también pondría una grabadora para saber qué  le dicen sus padres, qué cosas oyen   en su casa, porque, ¿qué padre, qué madre en momentos de malos humos, que son muchos,   no gritan barbaridades a sus hijos? Y no hablo de memoria, que son ya muchos años de convivencia con niños y niñas y muchas cosas oídas y no digamos de las peleas y frases entre padres  y entre hermanos.
Pero hoy, en cualquier caso, los maestros parecen ser los enemigos número uno del alumnado y así está el magisterio, por el que siento un inmenso cariño pero también una gran pena: que a mi hijo le hacen bullying, que a mi hijo le empujan, que a mi hijo lo insultan, que denuncio, que voy a la delegación, etcétera. En la mayoría de los casos. las mismas, vamos a llamarle agresiones, que sufre un niño, las sufren otros, pero  unos saben defenderse y  otros se achantan, potenciando así el trato de los demás. 
Yo creo que excepto casos muy especiales, los padres en lugar de tanto ir y venir a delegaciones, inspecciones, colegios, etc, tendrían que educar a sus hijos  en la necesidad  de ser fuertes, valientes, etc. porque la escuela se acaba, pero la sociedad, no, y los   dntico dramaode competitividades y zancadillase ser fuertes, valientes, etc. porque la escuela se acaba, pero la sociedad,no, y  ébiles  no solo  van a seguir siendo víctimas, sino que no van a encontrar su sitio en un  mundo de competitividades y zancadillas
Y los maestros, hablo en general, cada vez se encuentran más acorralados, desanimados,  y sin nadie que ponga fin a este desmadre de tonterías en muchas, muchas ocasiones que no dudo que en algún caso  sea auténtico drama
Una cosa es un maltrato, una bofetada, de las que tantas se han dado, y otra, palabras airadas en un mal momento y la consecuente e inevitable estigmatización social del magisterio.


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