EL MAESTRO/A DEBE APLAUDIR TANTO AL PRIMERO COMO AL ÚLTIMO DE SUS ALUMNOS/AS
(De mi obra, Recetas pedagógicas)
Hay alumnos/as
que entre todos hemos convertido en disminuidos por el solo hecho de ser
diferentes.
Si un alumno/a no
puede subir al diez, no debemos forzarlo ni castigarlo con malas notas, sino
bajar el diez hasta el alumno/a.
Ante el trabajo
de un alumno/a, por mal que esté, el maestro/a debe sustituir el, está mal, por
el, puedes hacerlo mejor.
Encontré a un
pajarillo caído del nido. Me acerqué para enseñarle a volar, pero, izando sus
pequeñas alas, se alejó de mí. Un sueño tuve aquella tarde: que mis alumnos/as,
enarbolando sus propias alas volaran hacia horizontes de luz y libertad.
Antes, mucho
antes de evaluar a los alumnos/as, el maestro/a debería evaluarse a sí mismo
para saber, exactamente, qué nota debe primar.
Hagamos de nuestras
escuelas lugares de convivencia, conocimiento, tolerancia y colaboración donde se
aprenda a vivir en sociedad, soportando, conociendo, tolerando…
Son muchos los
alumnos/as que llegan a nuestras aulas marcados por el signo del fracaso,
alumnos/as que jamás fueron valorados, tenidos en cuenta, investigados en su
corta, pero tal vez, compleja existencia.
Piensa y cree que tus alumnos/as son sabios y descubrirás que lo son.
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